domingo, 25 de septiembre de 2011

El visitante nocturno Cap 1

Capitulo 1 Ruidos en la noche


Me desperté sobresaltada como últimamente me había estado pasando, mi pecho se movía acelerado con el ritmo de mi respiración. Miré mi habitación, estaba oscura, pero por la ventana se colaba la débil luz que proyectaba la luna.

Tenía esa desagradable sensación de estar siendo observada, me quedé muy quieta, tapada con el cobertor hasta la barbilla mientras mi respiración se regularizaba, atenta a cualquier ruido, hasta que pasado un par de minutos, me convencí de que eran sólo paranoias. Miré el reloj de mi velador que marcaba las dos de la madrugada, me levanté y salí de mi habitación por el corredor en dirección a la pieza contigua, abrí lentamente la puerta y espié hacia el interior. La cama matrimonial estaba completamente hecha, Charlie aun no volvía, genial, hasta mi padre tenía panoramas para un viernes en la noche.

Bajé las escaleras y fui hasta la cocina, la brillante luz de los tubos fluorescentes me dejó ciega por un momento y tuve que parpadear varias veces para que mis ojos se acostumbraran. Abrí el refrigerador y me quedé mirando su contenido sin que nada llamara mi atención, finalmente me serví un vaso de zumo de naranja y me senté en la mesita de diario. Traté de recordar qué estaba soñando antes de despertar tan abruptamente pero fue en vano, tal vez mas tarde me acordaría. Estaba contando distraídamente los azulejos cuando un ruido me sacó de mis pensamientos, asustada me giré en la silla y asomé la cabeza por la puerta de la cocina para tener una mejor vista del pasillo y la puerta de entrada. La chapa se estaba moviendo y de golpe se abrió la puerta haciéndome saltar en la silla, una figura alta entró por el umbral.


- Isabella, ¿Aún despierta?- dijo el hombre al verme, luego de cerrar la puerta tras de si. Era mi padre, volví a respirar de forma regular y me reproché mentalmente por ser tan paranoica.

- No podía dormir- dije encogiéndome de hombros- ¿Cómo lo pasaste?

- Genial, ¿sabías que Billy se compró un plasma?

- Wow!

- Estuvimos viendo un partido de fútbol por cable luego del poker y se me pasó la hora.

- ¿Quién ganó en el poker?

- Harry Clearwater, de nuevo- dijo con una mueca.

- Ya ganaras la próxima- dije animándolo.

- Eso espero, ese Harry va a dejarnos en la ruina- dijo riéndose, reí con él y luego di un gran bostezo- Cariño ve a dormirte.

- De acuerdo, buenas noches- dije levantándome, le di un beso en la mejilla y subí hacia mi habitación.

Cuando me metí nuevamente a la cama me quedé un momento escuchando todo a mí alrededor antes de apagar la luz de la mesita para volver a dormir.


Al día siguiente no recordaba ningún sueño, ni antes ni después de despertarme. Ese día fuimos a almorzar a La Push donde vivía Billy, el mejor amigo de mi padre, cuyo hijo, Jacob, era mi mejor amigo. Nos juntamos con algunos de sus amigos del colegio mientras nuestros padres se iban a pescar, tuvimos una tarde muy agradable.

El domingo me dediqué a hacer mis deberes para el colegio y antes de que me diera cuenta, la semana empezó otra vez.

Iba en el instituto de Fork en penúltimo año. Yo no era una persona muy sociable, pero aun así tenía buena relación con la mayoría de mis compañeros, sobre todo con Ángela Weber. Pero fuera de clases no me juntaba mucho con ellos ya que no me llamaba la atención ir de fiesta en fiesta, no es que en Forks hubieran muchas, pero si uno que otro bar al que mis compañeros frecuentaban los fines de semana.

Las clases transcurrieron como de costumbre, sin nada interesante que reportar. La vida en Forks era usualmente así, poco emocionante, pero estaba bien para mi, era un lugar tranquilo. El viernes llegó rápidamente y nuevamente no había panorama en mi agenda.

Cuando salí del trabajo de medio tiempo, al que iba después de clases tres veces por semana, me fui directo a mi casa algo exhausta. Le preparé la cena a Charlie y ordené un poco la casa. Mi papá llegó de la estación de policías donde trabajaba, alrededor de las 08:00pm. Me contó sobre su día mientras comíamos, y reímos con algunas anécdotas graciosas que le habían pasado. Luego subió a ducharse y cambiarse de ropa para su noche de poker en casa de Billy como hacía cada viernes. Yo por mientras lavé los platos y limpié la cocina.


- Bella ya me voy- anunció mi padre bajando la escalera.

- ¡Suerte! Y dale mis saludos a Billy, Jacob y Harry- dije dándole un abrazo.


Cuando estuve sola, subí a mi habitación y puse un CD en el reproductor mientras leía los títulos de los libros que estaban ordenadamente en mi estante, pensando cual de todos leer. Romeo y Julieta, Orgullo y Prejuicio, Drácula, Jane Eyre, Cumbres Borrascosas, finalmente me decidí por Frankenstein de Mary Shelley, uno de mis favoritos, me acosté sobre la cama y me enfrasqué en la lectura.

Sólo cuando desperté, sobresaltada, me di cuenta que me había quedado dormida, tenía el libro abierto en el pecho. La música ya no sonaba y la luz estaba apagada, estaba helada debido a la brisa que entraba por la ventana abierta. El silencio sepulcral en el que estaba la casa, me asustaba más que si hubiera escuchado algún ruido, me quedé callada escuchando, aunque no había nada que escuchar, casi esperando que alguien o algo rompiera aquella aterradora calma, pero nada pasó. El reloj mostraba las 12:00 de la noche. Tenía los bellos del brazo erizados por el frió y el miedo que ligeramente recorría mi piel. Me levanté de la cama y me miré en el espejo, que tenía junto a la puerta, para examinar mi rostro. Tenía el rostro pálido y soñoliento, con ligeras ojeras bajo mis ojos, mi pelo color café estaba enmarañado. Traté de desenredarlo con mis manos inútilmente.


Estaba en eso cuando reparé en la ventana a mi espalda que se reflejaba en el espejo, me quedé congelada cuando vi una silueta que se recortaba contra el cielo. Primero pensé que era un animal, pero era demasiado grande, me giré con la esperanza de que lo hubiera imaginado, pero allí seguía, agazapado en el alfeizar de la ventana con la mitad del cuerpo dentro de mi habitación.

Estaba completamente paralizada, era un ladrón y yo estaba sola, mi padre no llegaría pronto y aunque hubiera querido gritar probablemente la voz no me habría salido. Teniendo un sheriff en casa tenían que entra a robar cuando él no estaba, era la persona con peor surte del mundo. Habían pasado unos 10 segundos en que nadie había dicho nada, el ladrón no se había movido ni un solo centímetro, sólo me observaba, entonces habló.


- Buenas noches- dijo con una suave voz- lo siento, no quise asustarte- agregó algo avergonzado al parecer. Ahora si que no entendía nada.

- ¿Qué?- pregunté perpleja, ¿desde cuándo los ladrones eran tan cordiales?

- Estaba algo aburrido y quise pasar a saludar.


Con un ágil salto entró en la habitación y caminó en mi dirección con elegante andar, yo seguía sin mover un músculo, no podía verlo bien por la oscuridad que nos rodeaba, pero su silueta era bien definida, era un hombre alto, delgado, pero con una fuerte espalda y su cabello se veía algo revuelto.

El extraño siguió acercándose a mí sin vacilar, yo contuve la respiración cuando lo tuve a un palmo de distancia, estaba aterrada. Se inclinó hacia mi y levanto un brazo a la altura de mi cabeza y lo apoyo en la pared que había tras de mi dejándome acorralada.


- Encenderé la luz si no te importa- dijo el extraño.


Entonces comprendí que tenía la mano apoyada en el interruptor, lo apretó y toda la habitación quedó iluminada, dándome una imagen muy clara del extraño que tenía a pocos centímetros de mi rostro, tuve que ahogar un grito de la impresión.

Tenía el cabello de color cobrizo y la piel extremadamente pálida, sus ojos de un negro intenso, con un extraño brillo carmesí, me miraban fijamente, en sus labios lucia una sonrisa tan encantadora como espeluznante, sus dientes perfectamente alienados eran de un blanco deslumbrante y sus colmillos eran muy prominentes. Su rostro en general, era de una belleza superior, pero al mismo tiempo algo aterrador. Llevaba ropa sucia y apolillada, parecía un disfraz para noche de brujas ya que era prácticamente del siglo pasado.


- Por cierto, soy Edward Cullen- dijo alejándose un poco de mi y ofreciéndome una mano, pero yo estaba demasiado sorprendida para reaccionar a tiempo.

- ¿Qué es lo que quieres?- pregunté aun asustada.

- Bueno estaba dando un paseo por el barrio, y estaba algo aburrido así que se me ocurrió pasar a visitarte- contestó sonriendo de manera muy perturbadora.

- ¿Y sueles visitar a gente desconocida entrando por sus ventanas en medio de la noche?- pregunté con escepticismo.

- Si, regularmente- contestó como si mi pregunta hubiera sido de lo más normal.

- ¿Habías estado aquí antes?

- Si, lamento no haberme presentado con anterioridad- contestó aun con esa sonrisa que me estaba poniendo nerviosa, parecía alguien tan irreal, como sacado de alguna película.

-¿Qué eres?- se escaparon las palabras de mi boca sin que lo pudiera controlar.

-Ah!, lo siento- dijo- creí que era obvio- agregó señalándose los colmillos que sin duda habían llamado mi atención- soy un vampiro.

- Vaya eso es nuevo, no me lo esperaba- dije sarcástica.

- Si no todos los días te encuentras con un vampiro.

- ¿Es algún tipo de broma?- esperaba que fuera eso y que el tipo no fuera un psicópata que se hubiera escapado del manicómio de Seattle, eso me aterraría mas que un ladrón.

- No, la verdad es que no soy muy bueno haciendo bromas, mi humor es algo muerto- agregó y se puso a pasear por la habitación mientras observaba todo y de vez en cuando tomaba algún objeto y lo examinaba.


Traté de parecer normal, a pesar de que la situación me parecía por lo menos descabellada, mas digna de un sueño que de la realidad. Me senté en la cama y pregunté con tono casual.


- Así que… ¿hace mucho que eres vampiro?- me sentí realmente estúpida preguntando eso pero le seguí el juego.

- Hace unos 100 años- dijo encogiéndose de hombros. Yo abrí mis ojos de par en par- ¿Cuántos años tienes tú?

- Tengo 17- respondí.

- ¡También yo! Bueno los tenía, quiero decir antes de morir, ya sabes.

- ¿Así que en serio crees que eres un vampiro?- dije sin dejar de pensar que esto era una mala broma o un ladrón muy imaginativo.

- No es que lo crea, lo soy. La que al parecer no lo cree eres tu- dijo señalándome con su dedo índice.

- Lo que yo creo es que te confundiste de fecha, estamos en medio de marzo, faltan meses para halloween- dije mientras con mi mano trataba de buscar disimuladamente mi teléfono celular por la cama.


Entonces mientras pestañeaba el desapareció frente mis ojos como si se hubiera desvanecido en el aire y antes de que pudiera reaccionar ante la sorpresa, reapareció justo al lado de mi cama con la mano extendida y mi celular en ella haciéndome saltar por la impresión. Me paré de un brinco y me aparté de él lo que más pude, pegándome a la pared de la ventana por la que el intruso había entrado.


- ¿Cómo hiciste eso?- pregunté exaltada.

- Caminé hasta tu cama, recogí el aparato extraño, que al parecer estabas buscando, y luego fui hacia ti, solo que algo más rápido de lo que tú sueles moverte, sin ofender- agregó poniendo las manos frente a él en modo de disculpa.

- No es posible- dije pasando una mano por mi enmarañado pelo, mientras respiraba agitadamente a punto de ponerme a gritar como histérica sin importar como lo tomaría el ladrón fenómeno. ¿Era posible que el tipo fuera realmente un vampiro?

- Bueno no es posible para ti, pero para mi es bastante fácil hacerlo- dijo

- Lo más probable es que esté soñando- dije más para mí misma, soltando una risita nerviosa.

- Bueno, eso si que es perfectamente posible, ya que podría decirte que hablas más dormida que despierta, pero ya que tus ojos están abiertos, puedo deducir que estas despierta- dijo examinando mi rostro antes de retomar sus paseos por la pieza.

-¿Se supone que esto es real y hay un autentico vampiro parado en la mitad de mi habitación?- pregunté ignorando su perturbador comentario sobre las veces que me había visto dormir.

- Exactamente-contestó mientras apretaba la corchetera que acababa de tomar de mi escritorio, para luego soltarla de inmediato sorprendido por el corchete que salió disparado.

- ¿Debería estar asustada? Quiero decir ¿vas a atacarme o algo?- pregunté confundida por la extraña situación en la que me encontraba.

- No, descuida ya me alimenté.

- Ah, eso es…genial, supongo.

- ¿Estabas leyendo Mary Shelly?- preguntó tomando el libro, yo solo asentí con la cabeza- Frankenstein es fabuloso- comentó ojeándolo, yo lo miraba con el ceño ligeramente fruncido- ¿té molesta si lo tomo prestado? Me gustaría leerlo otra vez.

- Claro, yo ya me lo sé de memoria- dije aun algo distraída por los eventos recientes.

Edward me sonrió incluso más que antes y guardo el libro dentro de su anticuada chaqueta. De pronto su rostro se tensó yo volví a sentir miedo, lo miré asustada y me pegué más a la ventana.

- Tu padre no tarda en llegar- dijo

- ¿Qué sabes tu de mi padre?- pregunté mas confundida.

- Solo se que sale los viernes y vuelve tarde, excepto por hoy que al parecer decidió volver mas temprano- respondió con tranquilidad.

- ¿Hace cuanto que nos espías?

- mmm…un par de meses tal vez- contestó con expresión avergonzada

Tenía la cabeza llena de preguntas, pero antes de que pudiera ordenarlas sentí el auto de mi padre que, efectivamente, había llegado más temprano.

- Si no es mucha la osadía me gustaría pedirte que no le dijeras nada sobre mí- pidió tan cortés como pudo- no creo que se lo tome tan bien como tú.


Antes de que pudiera responder sentí el sonido de la puerta en el piso de bajo, instintivamente di un paso al frente pero el extraño ya no estaba, me giré de inmediato y me asomé por la ventana tratando de verlo pero ya no se le veía por ninguna parte.

Aun sin entender lo que acababa de pasar cerré la ventana y camine hacia la puerta absorta en mis pensamientos, pero antes de que pudiera tomar el pomo de la puerta, esta se abrió y volví a sobresaltarme.


- Bella, lo siento ¿te asusté? Venía a ver si aun estabas despierta- dijo mi padre, estaba muy sonriente- adivina quién ganó hoy, así es, tu padre saco una “flor imperial”- dijo sin esperar que yo dijera nada- y no es algo que pase todos los días…

- Al parecer hoy es el día en que cosas inusuales suceden- dije en voz baja

- Pero que quieres que te diga soy un maestro del poker, es un don natural- siguió hablando mi padre mientras arreglaba el cuello de su camisa, hasta que me miró a la cara- ¿hija estas bien? perece que hubieras visto un fantasma, estas pálida.

- ¿Fantasma? No nada de eso- dije dándole la espalda y yendo hacia mi cama.

- ¿De verdad te he asustado tanto?

- Solo un poco, lo siento mejor me voy a dormir, pero mañana voy a prepararte algo especial por tu victoria- dije dándole una sonrisa para calmarlo, lo que al parecer funcionó.

- Ah no es necesario- dijo haciendo un gesto con la mano- pero si hicieras estofado sería fantástico- agregó guiñándome un ojo- descansa cielo.


Salió de la habitación cerrando mi puerta, esperé que el vampiro volviera a aparecer, pero durante diez minutos nada cambió en mi habitación, me tapé con la colcha y dejé la luz de la mesita encendida. Bastante infantil para mi edad, pero completamente justificable si se tenía en cuenta que acababa de tener un encuentro con un vampiro aparentemente real.

11 comentarios:

  1. Hola linda!!!
    Que felicidad me da que continúes escribiendo. Eres una excelente escritora...tus historias tienen algo que cautiva y hace que no dejes de leerlas...^^ Eso es algo muy bueno...
    El inicio de esta nueva me ha encantado...^^ Es GENIAL
    Te deseo suerte...^^
    Besitos mágicos, ciao...^^
    Nos estamos escribiendo…^^

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  2. un gran inicio chica,tus historias me enganchan por completo.
    ¿cuando publicaras el proximo?
    espero que pronto.
    ya quiero leerlo!
    nos leemos guapa

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  3. Me encanto muchooo :) Es normal que quiera un visitante nocturno para mi también? jajja
    Besos, ya espero por el próximo!

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  4. hola me encanta tu historia espero con ansias el próximo capitulo. isabella de http://unaluzdeezperanza.blogspot.com/

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  5. Querida lunita este visitante me dejo muy emocionada jajaaja es una historia cautivante y espero con ansias el próximo cap demás esta decirte que tienes un don linda no cualquiera logra dejarnos tan intrigadas en el primer cap y so es digno de rescatar. Edward leyendo - Frankenstein uff lo mas me morí de risa sigue así y estaré esperando el segundo!!

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  6. es genial. escribes fantastico y ese edward comico jajaj seguire leyendo tus historia besos

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  7. Hola! :)
    Me encantó este capítulo.
    Me gusta mucho el atrevimiento de Edward! Jejeje!
    Bueno él me gusta siempre! xD
    Kisses!

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  8. Que cosa más extraña. No es por nada, pero este Edward, si yo fuera Bella, no creería que es Edward. ¿Desde cuando es tan atrevido y poco discreto? Ese no puede ser Edward. Definitivamente no conozco a esta persona. Yo que Bella me hubiera disgustado un poco.

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    Respuestas
    1. Así es, este Edward es un poco menos sufrido que el de crepúsculo o de Caminos Separados en mi caso, espero que te guste el cambio que hice con la historia y algunos personajes :)

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    2. No es que me moleste éste Edward, solo me dejó extrañada, como en shock por un rato, pero solo fue la impresión. Esque ya estaba muy acostumbrada a el Edward original y cuando leí tu fic, apenas empezaba a adentrarme en el mundo de los fanfics (esque soy fan hace apenas dos años, lo siento) Y créeme que he visto Edward's mucho, pero mucho peores en sala cullen de lunanuevameyer.com (mejor no intentes averiguar de que hablo) La verdad es que ahora éste se me hace inofensivo en comparación :$

      En fin, me encantó tu historia. El clímax de la historia lo sabes manejar excelentemente bien y nos dejas totalmente inmersas en él. No miento cuando creí que de pronto estaba oyendo a Bella gritar en la realidad cuando estaban forcejeando con las puertas del sótano en éste fic.

      Bueno, nada más pasaba a saludarte. Bye.

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