martes, 21 de junio de 2011

Caminos Separados Cap 10

Capítulo 10

Italia

Entre los bienes que los Masen me habían dejado, estaba un departamento en Italia que ellos ocupaban cuando viajaban a Europa.

Yo no había querido tocar un peso del dinero que ahora estaba a mi disposición, ni siquiera había accedido a vender la Mansión de los Masen. Sabía que aun seguían viviendo en esa casa la criada, la señora Sue Clearwater y sus hijos Leah y Seth, quienes se encargaban de mantenerla limpia y en orden, a pesar de que nadie iba a volver a habitarla, yo no había vuelto a visitar aquella casa ya que evitaba a toda costa cualquier lugar que me trajera recuerdos de Edward, y obviamente no planeaba vivir allí. Pero en cuanto al dinero, mi padre dijo que podríamos utilizarlo para pagar la universidad a la que asistiría.

Yo estaba realmente ansiosa, era algo que jamás me abría esperado, iba a ser independiente, me apenaba alejarme tan drásticamente de mis padres y de Emily, pero por otra parte siempre había querido estudiar literatura, sólo que lo mantenía como una utopía, no creía que se podría hacer realidad y menos que terminaría estudiando en Europa. Al principio no estaba de acuerdo en utilizar el departamento de los Masen pero mis padres me dijeron que la Señora Masen habría estado feliz de contribuir a mi felicidad, era por eso que me lo había regalado, para que yo dispusiera de el.

Me iría al final del verano junto con Leah, la criada de la Mansión Masen, y ante mi petición también iría con Jacob.


Mis padres deseaban que yo olvidara todo lo relacionado con Edward, no querían que me quedara atrapada en esta ciudad donde cada lugar me recordaba algún momento con él. Yo estaba de acuerdo con ellos, necesitaba distraerme y superar su muerte, ya habían pasado dos años y aunque sabía perfectamente que él no iba a volver, constantemente me encontraba esperando algo, como si Edward estuviera aun en su largo viaje. Pero él jamás volvería y la cadena con el relicario de corazón, que aun colgaba en mi cuello, ya no tenía significado alguno. Su promesa jamás se cumpliría, y yo no podía quedarme la vida entera en Chicago esperando algo imposible.

Yo había prometido que lo amaría por siempre y cumplía mi promesa cada día, también había prometido que lo esperaría, y hasta ahora lo seguía haciendo, aun sabiendo que eso no pasaría. Él había prometido que jamás me dejaría sola, y así era exactamente como me encontraba ahora, prometió que volvería y no lo hizo, entonces ¿por qué no podía romper mi promesa también? Por qué tenía que quedarme en un pueblo donde cada lugar me recordaba su ausencia, atrapada, sola, muriendo cada día más, esperando.

Por eso había aceptado la propuesta de mis padres, era plenamente consiente de que necesitaba cambiar de ambiente, necesitaba comenzar de cero, o al menos tratar.

En Italia podría distraerme, olvidar y para eso me habían concedido el sueño de poder estudiar, a costa de no verme tan seguido, pero era un precio que estaban dispuestos a pagar con tal de verme feliz otra vez. Conocería a mucha gente nueva y tal vez encontraría a alguien que llenara mi corazón de nuevo, aunque yo lo dudaba.


Los dos mese se pasaron volando, entre los tramites de la universidad y el viaje, arreglar todo mi equipaje, las divertidas tardes con Jacob y el tiempo que pase con mis padres, ya que pronto me separaría de ellos para comenzar mi vida de nuevo en otro lugar.


El final del verano llegó rápidamente y mi viaje con él. La despedida fue más triste de lo que había imaginado. Las personas que más quería las dejaría atrás para encarame con mi futuro. Emily y mi Madre le pidieron constantemente a Jacob que me cuidara ante cualquier cosa. Jacob estaba tan feliz de poder acompañarme en mi nueva vida. El había quedado en shock cuando se enteró que yo partía a Italia. Le pregunté si podría acompañarme, temiendo que no quisiera separarse de su familia, pero para mi sorpresa, se puso increíblemente contento. Leah también se había emocionado mucho cuando le informé que me acompañaría, ya se había resignado a que pasaría el resto de su vida cuidando una casa vacía, jamás imaginó que podría conocer Europa.


Así que me embarqué hacia el viejo mundo, dejando atrás todos los malos momentos y recuerdos desagradables, pero también dejando atrás mi vida como era hasta ahora.

Cuando llegamos a puerto me uní a la multitud que descendía del barco, Jacob y Leah ya me esperaban abajo con todo mi equipaje.

- Señorita Swan, usted luce realmente bella hoy- dijo Jacob con una amplia sonrisa.

- Cuantas veces te he dicho que me llames Isabella- dije riendo.

- No las suficientes señorita Swan- dijo cortésmente. Por lo que rodeé los ojos.

- Es cierto señorita usted se ve bellísima, además su atuendo es tan apropiado para la situación, es que ahora ya no estamos en Chicago, esto es la Europa, quiero decir, estamos realmente en Europa, mi madre jamás pensó que yo saldría de la mismísima cocina, y yo ahora estoy en Europa junto con la señorita- dijo demasiado emocionada Leah. Con Jacob nos miramos y reímos silenciosamente.


Un taxi nos llevó hasta la estación de tren que nos llevaría hasta nuestro destino, Volterra, Italia. El viaje en tren no fue bastante largo y fue muy agradable observar el maravilloso paisaje que nos rodeaba, los campos realmente enormes, todo tan verde, llenos de bosques y algunos ríos, de vez en cuando se veían casas antiquísimas dentro de enormes terrenos, plantaciones y algunos animales. Al llegar, un automóvil nos estaba esperando para llevarnos a lo que seria mi nuevo hogar, ¡estaba tan ansiosa!

Volterra era hermosa, con sus construcciones como castillos, las calles adoquinadas, las fuentes y estatuas, todo le daba un toque mágico, los castillos medievales tenían maravillosas fachadas. Estaba ansiosa por recorrerlo todo y conocer cada museo.

El automóvil se detuvo en una calle que tenía una serie de edificios de tres pisos uno al lado del otro. Me bajé aun anonadada por la belleza a mi alrededor, entre el chofer y Jacob llevaron la mayoría de mis pertenecías y Leah me ayudó con unas maletas.

Al entrar había un pasillo con una serie de puertas, el pasillo terminaba en una escalera. Una puerta que tenía un par de peldaños descendía hasta la cocina, otra puerta era para un baño y las otras eran de las habitaciones que usarían Jacob y Leah. En la segunda planta estaba la sala, el comedor, otro baño y la escalera que daba hacia el tercer piso, donde había una gran habitación con el techo inclinado y unas grandes ventanas con una vista maravillosa. Esa sería mi habitación, con su propio baño y un gran armario, donde Leah me ayudó a acomodar todas mis pertenencias.

Luego se fue hacia la cocina a preparar la cena con la ayuda de Jacob. Ya que era muy extraño estar en la casa tan sola, y considerando el hecho de que yo había pasado mucho tiempo en la cocina, bajé a acompañarlos y decidí que ese día comeríamos todos allí, no estaba dispuesta a comer totalmente sola en el gran comedor de la segunda planta.

Resultó que Leah no sabía cocinar, ya que ella se encargaba de hacer el aseo en la mansión y no de la cocina como ella había dicho, fue una suerte que Emily me hubiera enseñado a cocinar en el tiempo de la gran gripe, y también ayudó que Jacob, al ser tan autosuficiente, supiera bastante de cocina, por lo que terminamos haciendo la cena entre los dos mientras le enseñábamos a Leah.

Fue una cena muy agradable, era extraño que estuviéramos viviendo los tres juntos, aunque Jacob y Leah estuvieran allí como mis sirvientes, los tres teníamos prácticamente la misma edad, era como estar viviendo con dos amigos.


Finalmente, luego de comer y reír mucho, me retiré a mi habitación agotada. Me puse mi pijama, fui hasta la ventana y la abrí para sentarme en el borde. Me quedé meditando mientras admiraba el cielo, que estaba en un degradé de colores; naranjo, rojo, luego fucsia y morado. Los colores fueron cambiando y fue oscureciendo gradualmente, las estrellas comenzaron a llenar el cielo que estaba entre morado y azul oscuro, el viento llegaba a mi cara, helado pero relajante, respiré profundamente sintiendo el aroma del lugar, un olor maravilloso. Me sentía tan feliz, sin embargo aquella felicidad se mezclaba con mi tristeza formando extraños sentimientos de nostalgia en mi interior. Cuando finalmente oscureció por completo volví a entrar y cerré la ventana, me acosté en la gran cama ubicada al centro de la habitación y dejé que unas cuantas lágrimas cayeran por mi rostro recordando, como cada noche, a Edward y la última noche que habíamos pasado juntos, hasta que me dormí.


La mañana siguiente me desperté un poco desorientada, hasta que recordé dónde me encontraba y un escalofrió de nervios me recorrió. Leah me ayudo a vestirme y a ordenar las cosas que llevaría hasta la universidad. Jacob tenía servido el desayuno, me ayudó mucho a sentirme como en casa, como cuando Sam tenía el desayuno listo en la mesa y lo tomaba apresurada antes de ir a la escuela. Pero ya no estaba en mi casa, y no era la escuela a la que me dirigía, sino que la universidad, llena de gente que no conocía, y al volver no estaría ni mamá ni papá, ni Emily ni Sam, solo Jacob y Leah. Pero eso estaba bien, así tenía que ser. Algún día tenía que irme de casa, sólo que hace un par de años me lo habría imaginado totalmente diferente, pero no quise seguir recordando como eran los antiguos planes para mi futuro. Tomé desayuno, me despedí de ambos y me subí al automóvil que me llevó hasta la universidad. Lunes 5 de septiembre, mi primer día de clases.

Fue increíble, las clases eran realmente estimulantes, no interactué mucho con mis compañeros, muchos me dijeron sus nombres pero para el final de la clase no recordaba casi ninguno. Los profesores eran un poco intimidantes pero aun así estaba encantada.


Al finalizar la jornada fui al Museo Histórico dell'Alabastro el cual mostraba el antiguo oficio de excavación en piedra. Fue tan entretenido aprender más sobre la ciudad de Volterra, que comencé a ir a otros museos los días siguientes, como el Museo Etrusco Guarnacci, el Pinacoteca Comunale, el Palazzo Viti y el Parque Arqueológico. Cada vez que veía las hermosas esculturas me recordaban la belleza de Edward y aunque fuera masoquista no podía dejar de admirarlas.


Antes de que lo notara llegó mi cumpleaños, hacía dos años que no lo celebraba. Aquel martes salí tarde de la universidad, por lo que no fui a ningún museo para estar más tiempo con Jacob y Leah. Cuando llegué al departamento entré directamente en la cocina, donde solía encontrarlos, pero no había nadie.


-Hola, ya estoy en casa, ¿Jacob? -llamé- pero nadie respondió. Golpeé la puerta de una de las habitaciones- Leah ¿estas ahí?- pregunté, pero nada.

Subí hasta el segundo piso y al entrar al comedor me sobresaltó un fuerte “¡sorpresa!”.

- Feliz cumpleaños Señorita Bella- dijo Jacob sonriendo como siempre. Al menos había dejado de llamarme señorita Swan.

- ¡Feliz cumpleaños Señorita!- dijo Leah muy feliz.


Mi primera reacción fue molestarme por el gran susto que me habían dado, odiaba las sorpresas, pero luego caí en la cuenta de que eran las únicas dos personas que tenía en estos momentos y ellos habían hecho un gran pastel para mí por mi cumpleaños, entonces me dieron ganas de llorar.

- Chicos, no se que decir, realmente no me lo esperaba- dije algo incomoda- no saben cuanto se los agradezco.

- Pero si es su cumpleaños, es lo menos que podíamos hacer- dijo Jacob sonriendo aun mas, tal vez porque notó que estaba al borde de las lagrimas y no quería que me pusiera a llorar en mi cumpleaños.

Tomó mi mano y me acercó a la mesa, me cantaron cumpleaños feliz, que a pesar de su ánimo y alegría fue bastante nostálgico ya que sólo dos personas cantaban.

- Debe pedir un deseo antes de apagar las velas señorita- dijo Leah- mi madre dice que los cumpleaños son las únicas veces que a uno se le puede cumplir un deseo, además de las estrellas fugaces, pero yo nunca he visto una estrella fugaz, así que es mejor aprovechar los cumpleaños, aunque si viera una estrella fugaz enseguida le pediría el mas grande de mis deseos, porque seguro que son mas efectivas ya que pasan mucho menos seguido que los cumpleaños…- empezó a decir Leah.

- Leah, por qué no la dejas que piense su deseo- dijo Jacob interrumpiendo su perorata.


Un deseo… ¿Qué podría desear? inmediatamente pensé en Edward, en estar con él nuevamente, pero deseché la idea de inmediato, si esta era la única oportunidad de que un deseo se me realizara, al menos iba a pedir algo posible. Entonces pensé en felicidad, si, eso era bastante factible, salud, o alguna de esas cosas que nunca están de más.

Soplé las velas mientras Jacob y Leah aplaudían alegremente. Comimos pastel y tuvimos un agradable momento, pero me fui a la cama temprano ya que debía ir a la universidad al día siguiente. El resto de la semana transcurrió de manera regular, los días que me desocupaba temprano de las clases me iba a recorrer Volterra y sus museos.


El miércoles de la semana siguiente a mi cumpleaños, salí de clases y fui a la Piazza dei Priori, el corazón de Volterra, como todos la llamaban. Los días comenzaban a estar más helados, ya que el equinoccio anunciaba la llegada del otoño aquel día. Estaba nublado, el aire estaba más fresco y había una atmósfera más húmeda que días anteriores.

Cuando llegué, noté que había una multitud junto a la gran fuente que había en el centro de la plaza, me acerqué por la curiosidad y le pregunté a una señora por qué estaban todos allí.

- Tomaremos el recorrido por el Palazzo dei Priori- dijo la señora apuntando el edificio que más destacaba de aquella plaza, era el castillo mas antiguo de Volterra y hace días que tenía ganas de hacer el recorrido por dentro.

- ¿Con quién debo hablar para incluirme?- le pregunté ansiosa.

- Con la señorita que esta al frente- me dijo la mujer.

- Muchas gracias- dije y caminé hasta el inicio de la multitud.


Una mujer realmente hermosa estaba justo de frente a todas las personas y estaba contestando algunas preguntas. Era muy alta y curvilínea, su largo vestido era extremadamente ajustado y tenía un gran escote, era de un color morado muy llamativo que resaltaba entre la ropa de todas las demás personas que variaba entre los colores gris, negro o café. Su sedoso cabello castaño claro caía sobre sus hombros en unos elaborados rizos. Su piel era muy pálida, sin ninguna peca o marca alguna. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, entre unas espesas pestañas negras tenía unos grandes ojos de un azul oscuro que casi podría haber dicho que era púrpura y combinaban con el tono de su vestido.


- Disculpe señorita- dije llamando su atención- me gustaría mucho realizar el recorrido.

- Por supuesto, no hay ningún problema- dijo con una melodiosa voz- el costo son 3 Liras- agregó.

- De acuerdo- dije, saqué de mi bolsa la suma de dinero y le pagué.

- Bien, ahora sólo debe reunirse con el resto del grupo, yo les haré el recorrido por el castillo, y cualquier duda que tengas me consultas a mi- dijo con una amistosa sonrisa- por cierto, mi nombre es Heidi.


15 comentarios:

  1. siempre me dejas con ganas de mas!
    cuando subes el siguiente?
    ya quiero saber que pasa!

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  2. el sabado subiré el siguiente :D

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  3. Finally! I can leave you a comment :) I love it!! and I'm waiting for more.

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  4. WOOOWWWW NO ME LO PUEDO CREER SERA VERDAD DI QUE SISISISIS!!!!

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  5. No me lo puedo creer!!venga yaaa heidii??sabía que se encontrarían pero no como un primer plato para comer jajaja qué emocionante!!!qué pasaraaaaaa?ME ENCANTA!!!!

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  6. Cuando Leah no era una per... loba era super tierna. Me cayó muy bien. Por que? Por qué tenía que volverse así?...
    Igual Jacob. Cuando no era hombre lobo era el mejor amigo que pudieras tener. Yo también extrañe a ese Jacob en eclipse. Y que gacho Jacob. Edward todavía le daría una oportunidad y Jacob que? "No, ni así me caerías bien" :p
    ¡Extraño al Jacob humano!

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  7. Yo pensaba que Bella intentaba suicidarse estando alla en italia, y los vulturis la encontraban y como Eleazar en ese entonces creo que todavía estaba con lo vulturis... A proposito, tambien creo que dos capitulos de este tiempo en que bella se va a italia, estarían muy bien. Cuando la señora dijo que era un "recorrido" por el palazzo dei priori, pensé "¡Hay, no es cierto! ¡HEIDII, AAAAHHHHH!" Oye, sabes de q me acabo de dar cuenta? Bella entró a la universidad, por tanto tendría qeu tener dieciocho. ¿Por qué no al principio de la novela pones que Bella tiene 17 y no 16? Asi no tendría porqué ser tanto tiempo desde que Edward... "Murió". La verdad es que si convierten a Bella, creo que es la mejor idea; definitivamente no le conviene ni a Edward ni a bella verse en estos momentos, y menos con el perfumito que ella trae. imaginense. SERIA UNA ENORME Y APOCALIPTICA CATASTROFE! si con 92 años de haberse convertido en vampiro era tan difícil ¿con dos miseros años? uf. No. Aunque se convierta en una asquerosa vulturi, convertirla es lo mejor que le pueden hacer. Imaginense como se sentiria Edward si al fin encontrara a bella y la matara... bueno, ya se lo imaginan.

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    1. Debo reconocer francamente que se me paso por alto que en ese tiempo Eleazar era parte de la guardia, lo recorde cuando la historia ya iba muy avanzada y no quise modificarla =/

      Sobre Italia, también pensé mucho en que seria divertido dilatar un poco su estadía allí, pero no quise irme mucho por las ramas, hay una razón especifica por la que lleve a Bella a Italia, y hacia allá vamos :)

      En cuanto a las edades, como te respondí en comentarios anteriores, todo tiene un por que en el paso del tiempo, necesitaba esos dos años para que ciertas cosas coincidieran después... solo sigue leyendo :)

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    2. Esta bien, eso me quedo bien claro :) pero la verdad no pensé en lo del tiempo hasta el capitulo 16. Al final de cuentas es tu historia, no la mía, y la verdad tal cual como está, está muy bien. Solo son cosa que se me ocurrieron, por que la verdad, que feo que Bella sufriera por Edward tanto tiempo. Pero está bien si tu lo consideras así.

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  8. Hay ¿Por que se tenìa que morir Elizabeth? ¿Ella que te hizo lunita? :(
    Gracias a esa mujer Edward es como es, y tu la matas. Gacha lunita.

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    1. Bueno, en la historia original (crepúsculo) Elizabeth muere incluso antes que Edward (fuera convertido)
      Me plantee muchas opciones para la muerte de ella, una de las opciones era que fuera a visitar a Edward a Kansas y se contagiara con el, pero cambie de idea. Preferí tener a dos mujeres llorando la muerte de un hombre, que a una sola llorando la muerte de los dos. Pero lamentablemente Elizabeth debía morir de alguna forma, no quería dejarla viviendo por años y completamente sola. Recuerden que ya había perdido a su marido y Bella tiene otros planes a futuro, por lo que no habría tenido mas compañía que Sue...

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    2. Lo dije solo en plan de Broma. No te lo tomes tan enserio. Creo que hubiera aclarado eso antes :/ en realidad no me sentía ofendida porque Elizabeth se muriera, solo sentí un poco gacho por ella. Pero en fin, creo que tu historia está muy bien.

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    3. jaja No me lo tomé a mal en todo caso, me agrada responder sus dudas y comentarios... Además, sólo para a clara, ami también me dan pena ciertas cosas que escribo y me siento un poco mala escribiendo la muerte de ciertos personajes =(

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