Capitulo 12
Sueños rotos
- No Edward, no digas nada- dije interrumpiéndolo. Me acerqué más a él viéndolo a los ojos con seguridad.
Levanté mi mano para acariciar su rostro y calmar su ansiedad, él cerró los ojos y su rostro quedó completamente en paz, se veía hermoso y estaba tan cerca de mí. Seguí acariciando suavemente su perfil, bajé mis dedos hasta su boca delineándola con delicadeza. Edward abrió sus ojos atravesándome con su mirada, y no fue necesaria ninguna palabra.
Me lancé a sus brazos mientras él me besaba con pasión desenfrenada, hundí mis manos en sus cabellos y él apretó mi cintura contra su cuerpo mientras recorría mi espalda con sus manos y su boca bajaba hasta mi cuello. Estaba pensando que jamás podría dejar de besarlo, cuando sus manos tomaron firmemente mis brazos separándome de él.
- ¿Por qué? ¿Acaso yo no te gusto?- pregunté temerosa.
- Bella, me gustas mucho más de lo que debería, de hecho, me gustas demasiado para tu propia seguridad.
- Estoy perfectamente segura contigo- protesté.
- Bella, sabes lo que soy, jamás estarás perfectamente segura conmigo.
- Pero tú dijiste que no debía temerle a nada cuando estuviera contigo, dijiste que me protegerías- le recordé.
- Claro que te protegeré de todo a lo que temas. El problema es que no sé cómo protegerte de las cosas a las que no le temes, no se cómo protegerte de mi mismo.
- Tu no me harías daño, porque si quisieras ya lo habrías hecho hace mucho- argumenté.
- No es tan sencillo como lo planteas, Bella- dijo tomando aire- De mi familia soy el que tiene más control frente a los humanos, pero el hecho de que me gustes te pone en una posición más complicada que cualquier otro ser humano.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque no puedo apartarme de ti como lo podría hacer con un humano común y corriente, Bella. Mientras más te tengo cerca menos quiero dejarte ir.
- No tienes que dejare ir, estoy aquí contigo y no quiero que te apartes de mí- dije volviendo a poner una mano en su mejilla, pero él dio un paso atrás y en su rostro apareció una expresión torturada.
- ¡Lo ves! Bella, me acerqué a ti con la excusa de ser tu amigo, pero la verdadera razón era que ya no podía mantenerme oculto en la sombras de tu habitación, no podía seguir apartado de ti. Y ahora por mi osadía te he involucrado más de lo debido, de haber sido más sensato no habría llevado las cosas hasta este punto.
- Nadie provocó esto, las cosas simplemente pasaron. Y ya no hay marcha a atrás, Edward, me gustas mucho y no creo que puedas hacer nada para cambiar eso.
- ¿Pero no ves el peligro que eso significa? Mis impulsos por ti hacen que pierda la razón y tome decisiones sin meditarlas. ¿Qué pasa si me descuido un momento y mis instintos se apoderan de mí cuando esté contigo?
- Pues estoy dispuesta a correr el riesgo.
- Bella, no sabes lo que dices- dijo dándome la espalda y caminando un par de paso para luego dejarse caer en la hierba, con los codos en las rodillas y las manos apoyadas en su cabeza.
Caminé hacia él y me arrodillé a su lado, pero él no levantó la mirada. Pasé una mano por su cabello, tratando de disipar las preocupaciones que lo embargaban, hasta que por fin se decidió a mirarme.
- Bella, creo que será mejor que te lleve a tu casa- dijo con voz ausente, suave pero determinante.
Edward se había convencido a si mismo de que era un peligro para mi, más ahora que nuestros sentimientos habían quedado al descubierto. Ya no podíamos hacer como que nada había pasado y seguir como amigos. Tal vez no volviera a visitarme.
Cuando se estacionó frente a la puerta de mi casa, lo miré esperando que dijera algo, tenía la vista fija en el volante y las manos apretadas alrededor de este. Su ceño estaba fruncido pero sus ojos estaban tristes.
- ¡Bella!- dijo una voz emocionada al otro lado de la línea.
- Jessica ¿cómo estás?- pregunté sin ánimos.
- Tengo algo de resaca, pero bien. ¿A qué hora te fuiste ayer? ¡Desapareciste y no te vi más!- preguntó con curiosidad.
- Sabes que no soy mucho de fiestas, me fui temprano- contesté.
- ¿Te fuiste acaso a otro lugar?- insistió con malicia.
- No, Jessica. Vine a mi casa a dormir- respondí categóricamente.
- ¡Pero que aburrida! Cómo puedes pensar en dormir teniendo una cita con ese bombón. Bella, parece sacado de una revista, y su pelo y sus ojos…
- Si Jessica, ya entendí- dije algo cortante.
- Bueno yo te llamaba pasar contarte sobre Mike. ¿Viste que ayer andaba atrás de la chica vestida de conejita? Así que tuve que tomar cartas en el asunto, ¡nadie me arruina el cumpleaños! Le tiré el ponche accidentalmente y le dije que podía prestarle otro disfraz, uno que obviamente no era nada sexy. Pero al menos Mike dejó de babear por la muy maldita- relató completamente satisfecha.
- Que bien Jess- dije sin mucho ánimo.
- ¿Qué pasa que no te emocionas?
- Lo siento, es que debo preparar el almuerzo y estoy algo atrasada.
- Está bien, hablamos después- dijo algo ofendida.
-Adiós Jess- dije colgando el teléfono.
Me desperté en medio de la sombría noche, sobresaltada y algo confundida entre mis sueños y la realidad, porque en esta supuesta realidad había una silueta muy parecida a la de Edward a los pies de mi cama.
- No Bella, soy yo, Edward- contestó suavemente.
- Eso dijiste en todos mis sueños- dije con desconfianza.
- ¿Qué haces aquí?- susurré incorporándome un poco hasta quedar sentada.
- La ansiedad me estaba matando- dijo acercándose un poco más hacia mi- en sentido figurado, sabes que no puedo morir- agregó y yo solté una pequeña risita desganada.
- Pensé que ya no querías verme más- dije poniéndome seria al recordar nuestra ultima conversación.
- Bella, eso sería lo mejor para ti, pero ya te dije que no puedo mantenerme alejado y me torturaba pensar que tu ya no quisieras verme más. No quería que siguieras molesta conmigo.
- Sólo me molesté porque no quiero estar lejos de ti y tú pareces no entenderlo.
- Cómo no voy a entenderte, si es lo que me pasa a cada segundo. Pero por otra parte sé que debería mantenerme alejado, el problema es que simplemente no puedo. No tengo la fuerza suficiente para estar lejos de ti- confesó acercándose aun más.
- Entonces deja de intentarlo- musité apenas, con el corazón desbocado.
Sólo nos separamos para recuperar el aliento, pero sin romper nuestro abrazo. Tenía mi cabeza apoyada en su pecho y él sus brazos alrededor mío.
no puede ser que termine a si me quedo con la angustia de que va a pasar me encanto pobre de bella espero que publiques pronto . besos
ResponderEliminarme encanto PERO las faltas de ortografía casi no me dejan leer ¬¬ necesitas URGENTE mi asesoria como editora oficial q soy, en lo demas TODO GENIAL!! espero el proximo :D
ResponderEliminarHola Linda!!!
ResponderEliminarEspero que te encuentres de maravilla.
Me encanto el capítulo. Estuvo genial...^^
Te mando besitos mágicos. Cuídate....ciao...^^
Jajaja "hermano sobreprotector" que ocurrencia de Bella. Bella siendo tan observadora y no se da cuenta. Digo, lo sé, Jacob es como un hermano para ella, pero yo ya lo hubiera pillado de que le gusto. En fin, creo que la historia va un poco rápido, quizá casi tan rápido como la película; Un día Bella conocía a Edward y de pronto al siguiente ya estaba enamorada de él. Honestamente yo no sabía ni que le veía, hasta que leí el libro, pero bueno, dije que casi tan rápido, eso es porque Edward ya estaba interesado en ella desde antes de que lo conociera, pero aún así está muy bien. Espero, como siempre, que todo salga bien.
ResponderEliminarSaludosss! K&B!
ResponderEliminarP.D.: (Creo que debo dejar de despedirme así) :P