viernes, 20 de mayo de 2011

Caminos Separados Cap 2


Capítulo 2
Preocupaciones

Los días se me pasaron mucho mas rápido de que lo habría deseado, y con ellos, la fiesta se acercaba cada vez más. Todas las invitaciones estaban debidamente enviadas y sus confirmaciones ya habían llegado, muchísima gente estaba invitada, personas a las que nunca había visto o sólo había oído hablar de ellas, y conforme la fecha se acercaba mis nervios crecían más y más.

Era viernes, quedaban exactamente dos semanas para la fiesta, Edward pasó a buscarme como de costumbre en su flamante auto. Mis compañeras ya se habían acostumbrado a verlo en la entrada esperando por mi, al principio me molestaba que lo miraran tanto, no había una sola chica en el colegio que no notara su belleza, siempre se oían risitas tontas cuando lo veían, pero con el tiempo eso había disminuido. Todas en la escuela sabían que era mi novio y al menos las chicas respetaban eso.

Edward me vio y caminó hacia mí, le sonreí. Cuando estuvimos cerca me tomó por la cintura y me abrazó, puso su cara en el hueco de mi cuello y me apretó contra él. El gesto me tomó por sorpresa, jamás era tan efusivo en público, no porque no quisiera, sino porque era demasiado caballero para hacerlo. Me quedé estática por un par de segundos y luego le devolví el abrazo, no me molestaba para nada, a pesar de que estuviéramos llamando la atención más de la cuenta. Sus brazos me contenían como nada más lograba hacerlo, era como un refugio, junto a él nada podría pasarme, porque bastaba con que estuviera a mi lado para que yo estuviera bien.

- También te extrañé- dije susurrándole con ternura- pero creo que deberíamos movernos de la entrada del colegio, antes de que nos empiecen a abuchear- agregué.
Él reaccionó al instante y me llevó de la mano hasta el automóvil, abrió la puerta y me ayudo a subir.
Me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza sobre la mía, respirando el aroma de mis cabellos, ya me había dicho anteriormente que le gustaba mucho, era olor a fresas.
Me besó en la sien repetidas veces en el camino, comencé a pensar que algo le preocupaba.
- ¿Cómo te fue en tus clases hoy?- me gustaba que me hablara de sus clases, en su voz podía notar lo mucho que le apasionaba su carrera, y a pesar de que yo jamás podría estudiarla, por mi repudio a la sangre, me agradaba mucho que me contara sus experiencias. Pero Edward no respondió.
- ¿Edward?- moví la cabeza para mirarlo y él reaccionó sorprendido.
- Lo siento mucho ¿me preguntaste algo? Estaba un poco distraído, discúlpame - su cara denotaba preocupación.
Seguramente estaba tan nervioso como yo por mi cumpleaños, no imagino como estaría en su posición, teniendo que hablar frente a tantas personas, yo sólo tenía que estar junto a él y dejar que me pusiera el anillo y eso ya me ponía lo suficientemente nerviosa. Pobre Edward, tal vez deberíamos haber invitado menos gente y hacerlo más intimo, pero las invitaciones ya estaban enviadas.
- No importa, ven acá- le dije, apoyé su cabeza en mi hombro y comencé a acariciarle el cabello- imagino que estarás muy nervioso por lo de la fiesta, pero todo saldrá bien ¿no es cierto?- le dije mientras trataba de calmarlo.
- Si, la fiesta… espero que todo resulte de tu agrado, sólo quiero que tengas un lindo día, después de todo es tu cumpleaños, no podría soportar que algo lo arruinara- podía notar la tensión en su voz.
- Nada podría hacer más feliz mi día, que tenerte a mi lado Edward, no me importa la fiesta, sólo quiero estar contigo y sé que después de que seamos novios oficiales no habrá nada que no separe - dije para alentarlo, la fiesta era mucha presión y Edward quería que todo fuera perfecto.
- Lo que menos quiero en esta vida es separarme de ti Bella… pero si algo pasara, no lo sé, sólo quiero que sepas que eres lo que más amo en esta vida- dijo y luego me abrazó tan intensamente como lo había hecho en la entrada del colegio.
- Edward pero de qué hablas, qué podría suceder- me asustó esa idea, pero la quité de mi mente de inmediato- Bien, no se hable más de la fiesta, todo saldrá muy bien y estaremos comprometidos Edward, eso es lo importante- me separé y lo miré a la cara con una gran sonrisa.
Edward me besó mientras me sostenía por el cuello, fue tan maravilloso como lo recordaba, pero al separarnos no estaba sonriendo como la última vez.
Me apenaba mucho verlo así de nervioso, y me sentía un poco culpable ya que la fiesta era por mi cumpleaños, sin embargo era él quien había insistido en hacer la ceremonia de compromiso ese mismo día y en realizar la gran fiesta.
Nos bajamos del auto cuando el chofer se detuvo frente a la casa y entramos, su madre no estaba, se encontraba en el hospital en ese momento. En estos días llegaban mucho heridos de la guerra, y se necesitaba la mayor ayuda posible.

Fuimos hacia la parte trasera de la casa, donde unas puertas de vidrio, enmarcadas con largas costinas, daban paso a la terraza. El piso a cuadros negro y blanco se extendía por la hermosa estancia amueblada con una mesita de vidrio y sillas a juego, con cojines bordados. La terraza estaba techada por el balcón del segundo piso de la casa y terminaba en dos pilares por donde las enredaderas habían subido y adornaban con flores de color lila. Más allá, en el patio, había un sillón-columpio entre dos árboles, justo detrás de ellos había una parra. El resto del patio estaba adornado con muchas flores y árboles frutales, era un lugar muy agradable sobre todo por la mezclan de aromas de todas las flores.

Caminamos hasta el sillón-columpio, me senté y le indiqué a Edward que se sentara junto a mí.
- Edward, me apena tanto verte así, no entiendo qué es lo que te inquieta tanto, por qué no vienes y te sientas junto a mi- le ayude a quitarse la chaqueta y la dejamos a un lado.
-Mi tierna Bella, no hay de que preocuparse, sólo son asuntos de la universidad, no es nada- me sonrió y le devolví la sonrisa. Pero apenas apartó la vista, la expresión de preocupación volvió a su rostro. Su mirada se perdía en algún lugar lejos de aquí y su ceño estaba ligeramente arrugado, debía estar pensando profundamente en algo que lo atormentaba.
Me preocupaba que tal vez no fuera la fiesta, tal vez había cambiado de opinión sobre el compromiso…Rápidamente aparté esa idea de mi cabeza, ni siquiera podía permitirme pensar en eso como una opción, me faltaba el aire con tan solo imaginarlo. Pero sabía que algo lo traía así de perturbado y no eran cosas tan banales como la universidad, Edward no me engañaba.
- Espérame aquí, enseguida regreso- le dije en cuanto tuve una idea en mente, él me miró sorprendido ya que aun se encontraba en su letargo momentáneo.
Me paré y fui caminando de vuelta a la casa, me dirigí a la cocina y le dije a la nana.
- El señor Edward y yo tomaremos el té en el patio, ¿tiene alguna manta que pueda prestarme?- Sue, la empleada de Edward siempre era muy atenta conmigo, por lo que no puso ningún problema. Junto con su hija Leah, me ayudaron a preparar una cesta donde metimos fruta, tartas, copas y bebestibles. Sue insistía en llevarlo por mí, pero ya me había ayudado suficiente, así que tome la cesta, la manta y me dirigí de vuelta hacia el patio nuevamente. Al salir a la terraza, Edward me miró sin entender nada.

- Esta vez tomaremos la merienda en tu jardín- sonreí abiertamente y en seguida vi en su rostro, aquella sonrisa torcida que había estado esperando todo el día.
Edward se incorporó inmediatamente y vino a ayudarme para acomodar todo sobre la manta, me senté en una esquina de esta con Edward frente a mí.

Al fin todo volvía a la normalidad, Edward reía y se le veía feliz. Se había recostado mientas yo le lanzaba uvas en la cara para ver si las atrapaba, cinco minutos después tenía la manta llena de uvas y Edward solo había logrado probar tres. En venganza, me había atacado con uvas y habíamos terminado riéndonos a carcajadas, recostados sobre la manta.
- Eres muy tramposo Edward, ¿lo sabías?- dije mientras intentaba que los dolores abdominales por la risa cesaran- que tu seas pésimo atrapando con la boca no te da derecho a atacarme de esa forma- agregué entre jadeos.
- Haber dejado que te rieras un buen rato de mí, me da el permiso para reírme un poco de ti- dijo aun riendo- además es muy sabido que, quien ríe ultimo ríe mejor- dijo con las manos sobre la costillas.
Cuando las risas cesaron nos quedamos mirando fijamente, en silencio.
- Jamás me cansaré de decirte lo hermosa que eres- dijo Edward.

Entonces se acercó y me besó. Pero este beso fue más intenso que alguno que pudiera recordar. Al separarse de mí, me miró fijamente y pude sentir el deseo de su mirada. Entonces con una mano me tomó por la espalda mientras que con la otra apartaba la cesta y la comida que quedaba sobre la manta, y volvió a besarme. Sentí tantas cosas en el estomago, cosquillas, nervios y mariposas que querían salir frenéticas volando por alguna parte.
Su mano bajó por mi espalda hasta mi cintura, produciéndome un cosquilleo por donde pasaba, y la otra se posó en mi cuello, mientras que las mías acariciaban su cabellos, su cuello su espalda y nuevamente su cabello.
Sus labios eran irresistibles, y sentirlos con tanta pasión me hacia desearlos aun más, de pronto su lengua comenzó a acariciar mi labio inferior y no pude reprimir un suspiro. Al segundo en que salió por mi boca, sentí el rubor ascender por mis mejillas y por todo mi rostro, jamás me había sentido tan vulnerable, cuando Edward me besaba perdía totalmente la conciencia. Sin embargo, Edward sonrió junto a mi boca y susurró a pocos milímetros de ella.
- Te amo con locura- y volvió a besarme, pero esta vez su lengua se introdujo en mi boca, su sabor era el mejor que había probado, y sus movimientos hacían que me sintiera de una forma que jamás me había sentido antes. Lo amaba, lo deseaba y no me avergonzaba de ello, por el momento. La mano de Edward que estaba en mi cintura, comenzó a bajar hasta mi pierna, siempre sobre el vestido de color rosa crema que llevaba puesto, mi respiración se agitó por los nervios que me invadieron y la adrenalina recorrió todo mi cuerpo en ese momento.

Y de improviso, se detuvo y se separó de mí agitado, en ese momento la cordura volvió a mi cabeza y me sentí avergonzada. Mi cara ardía y yo sólo podía mirar hacia abajo, lo que más me avergonzaba, era que no me había disgustado, lo había deseado tanto como él.
- Bella, no sé qué me pasó, por favor te pido que me disculpes, no quiero que pienses que quería faltarte el respeto, porque jamás fue esa mi intención, por favor espero que me perdones, yo…- dijo Edward como si no creyera lo que él mismo acababa de hacer.

No quería que se sintiera culpable y menos que me dijera que estaba arrepentido, porque, aunque me avergonzara admitirlo, yo no lo estaba. Así que lo callé poniendo un dedo sobre sus labios, para que dejara de monologar invadido por sus modales y buenas conductas.
- No hay nada que perdonar Edward, y si sigues hablando sólo harás que me de aun mas vergüenza de la que siento en este momento- no me sentía preparada para mirarlo a los ojos aun, pero en algún momento tendría que hacerlo, despacio subí la mirada y al encontrarme con sus ojos esmeralda la tranquilidad volvió a mi y me sentí con la confianza incluso de sonreír, así que lo hice.
El me tomó ambas manos y las besó con ternura, me vio a lo ojos nuevamente y sonrió como yo.
-No sé qué hice para merecerte- dijo y acarició mis rosadas mejillas.
Me ayudó a ponerme de pie y juntos llevamos las cosas de la merienda hacia adentro.


5 comentarios:

  1. sabes que me encanta y que soy tu fan :) jajja

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  2. que hermosa historia,me gusta tanto lo romantico!
    (suspiro)
    me da que mi amado Edward se va a la guerra o algo.
    no no hagas sufrir mucho please.

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  3. Wooooww creo que las hormonas hicieron su apaicion, me encanto. lastima que Ed oculta algo muy doloroso y como cullen creo que se va a la guerra no!!!

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  4. Va genial...la historia.....yo tambien creo que va a la guerra...ojala que no...me encanto el capitulo ;)

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  5. Lunita es espectacular la historia,cada vez estoy mas ansiosa de saber más y más,y como te dije espero que me digas tu e-mail para enviarte mis suposiciones antes de que llegue más lejos con la historia,te quedó simplemente hermoso el capitulo,ya nos leemos,disfruta el comentario besos!

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