jueves, 16 de junio de 2011

Ayuda a Peter Facinelli!

Ayuda a Peter Facinelli y sus fans a recaudar $ 50,000 para la lucha contra el cáncer infantil!
Sólo visita esta pagina y pone "me gusta" es muy simple ayudar!
http://fantapper.com/celebs/peter_facinelli/tap/e40z1el63ah0000162awlell/?ab=0#tap=e40z1el63ah0000162awlell

Bueno ahora les explico un poco mas. El día 13 de junio Peter publicó en su twiter el siguiente mensaje:

"Envíenme fotos suyas sonriendo, será algo divertido como parte de un regalo de caridad, las primeras 2000 fotos serán seleccionadas"
Así que yo rápidamente seleccioné un par de fotos mías sonriendo y se las envié :) Al día siguiente publicó en su tweeter lo siguiente:

"Las primeras 300 han sido mordidas! Vienen más, Echa un vistazo a fotos impresionantes y ayuda a recaudar 50 mil dólares"
Rapidamente revisé mi correo y vi que tenía tres mails de, nada menos que, Peter Facinelli! como comprenderán estaba en una completa euforia! incluso aunque haya sido un asistente y no él en persona, no me importa! porque me respondió :D y qué creen...Mi foto fue seleccionada! y publicada en su pagina ^^ además venía con este mensaje:

"Thanks again for sending in your picture. I have made a few edits that I think you will like, and posted it on my Fantapper page. Here is the link to view your photo: http://taps.la/l2305z
Don't forget to share your photo link with everyone you know to help raise $50,000 for Alex’s Lemonade Stand in an effort to fight childhood cancer!
Once we reach 2 million total viewers our friends at the Southern California Foundation will donate the money, AND the two pictures that receive the most viewers will each win an iPAD 2!!


- Peter Facinelli

La foto que envié no puedo verla en grande en su pagina pero así se ve en pequeñita xD él le agregó colmillos y la sangre alrededor xD quedó muy graciosa, me reí y grité un buen rato jaja así que gracias Peter Facinelli! ♥

Feliz Cumpleaños Elizabeth Reaser

Hoy 15 de Junio es el cumpleaños de nuestra querida Elizabeth Reaser quien encarna el papel de la adorable y maternal Esme Cullen ♥ es imposible no quererla como a nuestra propia madre!

lunes, 13 de junio de 2011

Caminos Separados Cap 8

Capítulo 8

El final del camino


Las agobiantes noticias de Edward me tenían constantemente preocupada, la situación en Chicago era terrible y no quería ni imaginarme cuanto peor era en Kansas, donde Edward estaba, sobre todo tomando en cuenta que él estaba en constante contacto con los enfermos día tras día.

Pero recibir periódicamente sus cartas me hacía mantener la esperanza de que esto pronto acabaría y que todo sería como antes, Edward estaría junto a mi como lo aseguraba en todas sus misivas, pero eso no calmaba la pena que me embargaba. La soledad durante los casi 10 meses había sido casi insoportable, y más con la cantidad de sucesos macabros que estaban sucediendo. Cada día me llegaban noticias de fallecidos, gente conocida, familiares lejanos, algunas compañeras de colegio, gente muy joven con toda una vida por delante, todo era tan deprimente.


A la semana siguiente de la ultima carta de Edward, estuve la mañana completa sentada en el piso junto a la puerta de entrada, no tenía colegio al que ir, ya que estaban todos cerrados o usados como hospitales improvisados. Aguardé allí la llegada del cartero, a veces se atrasaba más días de lo normal en traer las cartas, pero aun así me mantenía inmóvil a la espera de su posible llegada.


Al tener que pasar el día entero en la casa casi había olvidado lo que era andar con el cabello bien recogido o un vestido bien ajustado, menos hablar de prendas refinadas. Para esos días ya nadie se preocupaba de andar bien vestido, nadie salía a las calles a presumir de sus ropajes o sombreros. Ese día estaba usando un largo y simple vestido azul marino con cuello en v y una blusa color perla debajo. El genero era opaco y poco alegre, llevaba las mangas arremangadas hasta los codos y un delantal blanco amarrado a la cintura, pues había estado ayudando a Emily a prepara comida para llevarle a la señora Elizabeth, quien se encargaba de repartirla en los hospitales. Era la única forma en que podía contribuir.

La mañana transcurrió sin que nadie se molestara en golpear la puerta de entrada, mi madre me ordenó que me levantar del piso y que fuera a comer algo si no quería enfermarme, la acompañé a almorzar y luego me dediqué a cocinar con Emily y Sam más comida para los enfermos.

Al día siguiente aguardé nuevamente la mayor parte de la mañana la venida del cartero, pero tampoco apareció. No fue hasta el día jueves que llegó con la correspondencia de toda la semana, pero para sorpresa mía no había ninguna carta de Edward. Esto me alteró mucho, estaba acostumbrada a tener una carta suya cada semana, desde que me había empezado a escribir no había habido ni una sola semana que no recibiera su carta, de algún modo era mi recarga de energía para sobrellevar la semana, pero esta vez no había carta suya.

No le comenté a nadie mis inquietudes, sino que esperé a la tarde, cuando la madre de Edward pasó a buscar la comida que le tenía preparada, le pregunté si ella había recibido carta alguna de Edward, tal vez mi carta se había perdido en el camino.

Pero la señora Elizabeth sorprendida me dijo que su carta tampoco había llegado esta semana, no quise preocuparla como yo lo estaba, así que le dije que lo más probable, es que estuviera muy ocupado realizando su labor. Aun así pude notar la expresión de inquietud que tenía en la cara cuando se despidió.

Por mi parte traté de mantener la calma, mi estabilidad emocional no podía depender únicamente de una carta. Edward debía estar tan ocupado con los enfermos que debía haberse atrasado esta vez, él tenía muchas vidas en sus manos, no podía dejarlas a un lado para preocuparse por enviar una carta a su prometida, sin embargo, jamás se había atrasado antes.

Podía ser tal vez que ambas cartas se hubieran perdido, o que los carteros no hubieran llegado a esa zona de Kansas esta vez. Podían ser tantas opciones, sin embargo tenía una ligera angustia que no tenía nada que ver con los terribles momentos que se estaban viviendo esos días.

Traté de mantener mi mente ocupada en otras cosas, para no pensar en la carta que no había llegado. Pero los días siguieron pasando y ninguna carta llegó a mis manos.

La señora Elizabeth le había enviado ya dos cartas a Edward y ninguna había sido respondida, nadie tenía noticias de él y no había ninguna otra forma de comunicarnos con la base de Kansas donde Edward se encontraba.


El día miércoles de la semana siguiente estaba trabajando en la cocina como de costumbre, cuando tocaron la puerta abrupta e insistentemente. Me sobresalté al oír tal escándalo, así que no esperé a que Sam abriera y fui rápidamente hacia la puerta. Tal vez era el cartero que traía al fin la carta tan esperada, eso me dio una vaga esperanza y hasta sonreí con la idea, mientras caminaba hacia la entrada de la casa.

Era impresionante lo mucho que lo extrañaba con el solo hecho de no haber recibido su carta.

No habían dejado de tocar un solo momento, los golpes eran violentos y me irritó un poco la insistencia, porque ya me encontraba en camino, no era educado que alguien tuviera tan poca paciencia.

Abrí la puerta y me encontré con la madre de Edward, me sorprendió mucho, ya que no la esperaba hasta unas dos horas más. Pensé que tal vez se me había pasado la hora y estaba atrasada, tal vez a eso se debía su insistencia. La miré confundida, algo no encajaba, su rostro, su expresión. Estaba pálida, sus ojos estaban hinchadísimos y las lágrimas no dejaban de caer por sus ojos.

- Edward, mí querido Edward- repetía la Señora Masen- mi Edward, oh Bella.

Entonces cayó al suelo sin parar de llorar, yo la miraba sin comprender nada, asustada sin saber que hacer. En ese momento reparé en que llevaba una carta en las manos. Me arrodillé junto a ella tratando de contenerla, tomé la carta y la leí rápidamente.

Mi cerebro no lograba funcionar bien y reaccionar ante la situación, era como si mis sentidos se hubieran nublado momentáneamente, se me heló todo el cuerpo y no fui capaz de moverme.


Fort Riley, Kansas. -21 de julio de 1919-

Sra. Elizabeth Masen

En conjunto con el equipo de salud del hospital de Fort Riley, Kansas, me he visto en la obligación de enviarle esta misiva, con el motivo de informarle la triste noticia de que su hijo, el estudiante de medicina y ayudante en práctica, Edward Anthony Masen, a fallecido el día Lunes 21 de julio, producto del contagio con la plaga que azota nuestro país, la conocida gripe española.

Le manifiesto mis más sinceras condolencias por el reciente deceso. Además de expresarle nuestra gratitud por los servicios que prestó su hijo para beneficio de la salud de la población de nuestro país.

Sin otro particular se despide atentamente.

El Jefe del hospital de Fort Riley, Kansas.


Mi mundo se despedazó en ese segundo, todo lo que había construido con el paso de los años se hizo añicos en ese momento. Pero mi mente no lograba asimilarlo, es que realmente no era posible, tenía que haber un error, Edward iba a volver para el verano, él me lo había dicho, él me había prometido que volvería. Instintivamente me llevé una mano al corazón de plata que colgaba en mi cuello, él lo había prometido.

Sam llegó corriendo a ver que pasaba en la entrada, ya que el desgarrador llanto de la señora Masen se oía en toda la casa. Se arrodilló junto a nosotras e intentó averiguar que era lo que había sucedido. Tomó la carta que yo sostenía en mis brazos inertes, pero al no saber leer no le sirvió de nada, la dejó a un lado y me tomó por los hombros.


- Señorita Swan, ¿qué ha pasado?, ¿está usted bien?- preguntaba, pero sus palabras no tenían sentido para mi. Podía notar la expresión de real preocupación en su rostro, pero fui incapaz de formular palabra alguna.

Luego llegó Emily, miró con espanto la escena que se desarrollaba ante sus ojos, tomó a la señora Elizabeth, la ayudó a levantarse y la llevó a la salita para que se sentara y tomara un poco de aire, mientras trataban de averiguar que era lo que había sucedido.


Sam me sacudía levemente mientras me seguía preguntando, como no obtuvo respuesta alguna, me tomó en brazos ya que yo no era capas de mover mi cuerpo. Salió a la calle y comenzó a llamar a mi padre a gritos.

Él venía justamente llegando desde la estación de policías, donde trabajaba. Bajó del automóvil y miró horrorizado como Sam me sostenía en sus brazos. Corrió a nuestro encuentro preguntando que había sucedido.


- Bella, pequeña, ¿qué ha pasado?- dijo mirándome con angustia- por Dios Bella, cariño tienes que reaccionar, ¡¿quién ha muerto?!- dijo finalmente.

- Es lo único que ha dicho señor, creo que habla sobre el joven Masen, ya que adentro esta su madre en las mismas condiciones- dijo Sam con impotencia- traía consigo una carta pero no pude saber lo que decía- continuó diciendo.


¿Realmente yo decía eso? No había reparado en que estaba hablando, pero una vez que Sam lo dijo fui consiente de las palabras que salían por mi boca “Se ha ido, ha muerto” lo repetía una y otra vez, como si de esa manera pudiera convencerme a mi misma de esta situación tan descabellada, pero él no podía haber muerto, no tenía sentido. Edward era mi complemento, mi otra mitad, mi vida no estaría completa si él no estaba, era inconcebible que alguien pudiera quedar tan desvalido como quedaría yo si es que él llegara a morir, por eso sabía que era completamente imposible. Y si era así, ¿por qué me encontraba en este estado?, si todo esto era causa de un malentendido ¿por qué mi cuerpo reaccionaba de esta manera? ¿Acaso existía realmente alguna posibilidad de que fuera verdad lo que esa carta decía? Si era así ¿por qué entonces seguía yo con vida?, no tenía sentido que se hubieran llevado a Edward sin llevarme a mi con él. Esa era otra razón para saber que esto era completamente imposible.


- Sam hay que llevarla a su recamara- dijo mi padre desesperado. Y mientras yo seguía divagando sobre las probabilidades de que esto fuera o no fuera real, Sam me condujo nuevamente dentro de la casa.


En el salón estaba la Señora Elizabeth, ahora atendida por Emily y mi madre, ambas intentaban calmarla, pobre de ella, cómo no se daba cuenta que todo esto era un mal entendido. Estaba sentada en uno de los sillones y lloraba desconsoladamente mientras llamaba a Edward. Mi madre se giró para mirarme entrar en los brazos de Sam y corrió hacia mí, cuando la miré noté que también estaba llorando, me sentí muy molesta de que todos hubieran creído semejante barbaridad, como podía ser posible que todos tuvieran tan poca fe en Edward. Él era un excelente doctor y no se habría contagiado de la maldita peste, además había prometido innumerables veces que volvería, en cada una de las cuarenta cartas que me había enviado decía que pronto estaríamos juntos.

Mi madre me abrazó y tomó mi cara entre sus manos.


- Lo siento tanto mi pequeña- dijo desconsolada- no sabes cómo lo siento Bella, se cuánto lo amabas, esto es tan terrible- musitó tapándose la cara con una mano.

- no, no, no, no – dije obstinada - no es cierto, no puede ser cierto- musité.

Miré a mi padre en busca de apoyo, él tenía la carta en sus manos en ese momento y su expresión me dolió en el fondo de mi alma, luego miré nuevamente a la madre de Edward, su torturada expresión me angustio tanto, podía sentir todo su dolor.

- Edwaaard- seguía llamando a gritos- hijooo!

Incluso Emily lloraba, la escena era tan desoladora, sentí como las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.

- No puede ser verdad- dije entre sollozos- Edward va a volver, en verano, ya debe estar alistándose para regresar, él lo prometió, no puede haber muerto.


Me retorcí en los brazos a Sam obligándolo a soltarme. Cuando mis pies tocaron el piso comencé a correr apartando a todos de mi camino, nadie reaccionó a tiempo para atraparme y logré llegar a la puerta de la cocina que daba hacia el exterior. Ya fuera de la casa corrí desenfrenadamente mientras las lágrimas caían sin control por mi rostro. Escuché gritar mi nombre a mis espaldas pero no me detuve, solo aminoré el paso cuando llegué a los campos, entonces caí de rodillas bajo un gran árbol y grité con todas mis fuerzas mientas me apretaba el estomago con ambos brazos.

Me quedé agachada jadeando, mis brazos aun apretaban mi estomago y las lagrimas seguían su desenfrenado curso habitual.

La angustia y desesperación me invadían, la pena en mi interior iba en aumento y me costaba mucho trabajo respirar adecuadamente. La cabeza comenzó a dolerme, me desgarré la garganta gritando de impotencia, mientras las palabras de la carta aparecían continuamente en mi mente “Edward Anthony Masen ha fallecido el día lunes 21 de julio” él había muerto el día del solsticio de verano, justo cuando comenzaba una nueva etapa, cuando se avecinaba su regreso, cuando nuestra vida juntos iba a empezar.


El pecho me dolía de una manera difícil de explicar, sentía un agujero que me obligaba a mantener los brazos en un vano intento de cerrarlo antes de que me consumiera por completo. Quería morir, necesitaba desesperadamente morir para dejar de sentir el dolor que sentía, no se me ocurría ninguna otra solución posible que pudiera terminar con el sufrimiento que estaba sintiendo, solo la muerte cortaría de manera rápida y permanente todo el dolor que me invadía en ese momento.

Edward lo era todo, era la razón de mi existencia, pero él ya no estaba y no había nada más que yo pudiera desear de la vida, no había nada más para mí. No entendía por qué no moría de una vez. Me retorcí en la tierra y me ovillé de lado sin parar de llorar. Imploré mi muerte en gritos hasta que la oscuridad se adueñó del cielo y de mi vida por completo.




jueves, 9 de junio de 2011

Caminos Separados Cap 7

Capítulo 7

Cartas


Los días posteriores a la partida de Edward fueron un calvario. No sabía que hacer con mi tiempo y entonces imaginaba, que estaría haciendo en ese momento si es que Edward estuviera conmigo, cosa que no me ayudaba mucho con la soledad que sentía. Pero no quería demostrarlo frente mis padres o mis amistades, así que aprendí a ocultarlo muy bien dentro de mí y hasta sonreía de vez en cuando. Simplemente trataba de que nadie me tocara el tema de Edward y todo marchaba bien, por lo menos en público. Cuando mis padres salían, o al finalizar cada día, al encontrarme sola, toda la tristeza salía y me invadía por completo. Pero la esperanza de volver a verlo más pronto que tarde siempre lograba animarme un poco, después de todo, el tiempo pasaría y lo tendría nuevamente a mi lado.


Tres semanas después, un día miércoles muy temprano por la mañana, recibí su primera carta. Estaba desayunando en el comedor junto a mis padres, cuando tocaron la puerta. Había estado pendiente del cartero los últimos días, pero ya había perdido la esperanza de recibir algo, no sabía cuando estaría Edward en condiciones de escribir o si tendría mucho trabajo, sin embargo, cada vez que oía los golpes en la puerta una pequeña parte de mí esperaba que fuera una carta suya mientras la otra parte trataba de no hacerse ilusiones. Pero ese día fue distinto, Sam fue a abrir la puerta, recibió las cartas y las dejó sobre la mesa junto a mi padre. Este las vio una por una y entonces una expresión de grato asombro cruzó su rostro.


- Bella- me llamó y despegué la vista de mi plato de avena para mirarlo- es una carta de Edward- dijo extendiendo la carta hacia mí.

Me paré de inmediato por la impresión y tomé la carta entre mis manos, leí el remitente unas tres veces antes de convencerme de que era efectivamente una carta de Edward que iba dirigida para mí, la había enviado el lunes de la semana anterior. Sonreí rebosante de felicidad, al fin tenía en mis manos noticias sobre Edward. Me disculpé de mis padres y subí corriendo a mi habitación mientras abría la carta en el camino.


Carta nº 1 -07 de octubre de 1918-

Mi querida Bella:

Luego de un tortuoso viaje, en el cual no pude dejar de pensar un solo segundo en mi amada Bella, me encuentro al fin en el lugar donde tendré que pasar los siguientes días, Fort Riley, Kansas.

El panorama es desolador, la estancia tiene alrededor de 500 camas, todas ocupadas por enfermos, y las condiciones sanitarias son básicas. Pero espero logremos mejorar el pronostico con la ayuda que traemos.

Bella, espero que tus días sean menos deprimentes que los míos, ansío tu compañía, es como si faltara una parte de mi.

Durante el día puedo mantenerme ocupado y sobrellevar tu ausencia, pero las noches son realmente un tormento, suelo mirar el cielo estrellado y pienso que tu debes estar mirando la misma luna, pero a muchos kilómetros de distancia.

No ha pasado un momento en que no haya recordado los momentos que compartimos, sobre todo la última noche, aquella maravillosa noche que quedará grabada de por vida en mi memoria, mi pequeña Bella eres la razón por la que respiro, mi motor, tan pequeña y sin embargo con un poder tan grande sobre mi. Bella sabes que me tienes en tus manos, soy total y completamente tuyo en cuerpo y alma.

Mi querida Bella eres la persona más importante que tengo en este momento, eres todo para mí y no sabes lo afortunado que me siento al saber que tú me amas de igual manera.

Te extraño Bella, me haces falta, pero se que es indispensable mi ayuda aquí y no puedo dejarlos por mi bienestar personal, cada mano cuenta en esta terrible epidemia.

Pero no te angusties que el tiempo pasará y estaremos juntos de nuevo.

Se despide, con todo el amor, tu novio, amigo, amante y futuro esposo.

Edward Anthony Masen.


Releí la carta varias veces, grabando cada palabra en mi mente, entonces la doble cuidadosamente, la llevé a mi escritorio y la guardé en una caja de madera donde guardaba mis cosas más preciadas. Inmediatamente tomé una hoja y la pluma que descansaba sobre el tintero y me dispuse a escribir la contestación.


-16 de octubre de 1918-

Querido Edward:

Me alegra enormemente recibir noticias tuyas, no sabes cuánto te he extrañado, los días sin ti son como noches sin luna, están incompletos a causa de tu ausencia. Quisiera que pudieras regresar, pero se que cumples una función fundamental allá.

Tampoco yo he podido dejar de pensar en aquella noche Edward, la noche más importante de mi vida, no me arrepiento de nada de lo que pasó, porque cada momento que he vivido contigo es magnifico e inigualable.

Podría esperarte toda mi vida si supiera que al regresar me seguirías amando de la misma forma, porque es tu amor el que me impulsa a seguir adelante.

Sin embargo tengo fe en que pronto podremos reunirnos nuevamente y cuando eso pase no habrá nada que nos separe nuevamente.

Querido Edward, quiero que sepas que he acompañado a tu madre todas las tarde, para que no note tanto tu ausencia, ella está muchísimo mejor que el ultimo día que la viste, no ha dejado de ir al hospital a ayudar ningún día. En eso ustedes se parecen mucho, la devoción a su trabajo es sobrecogedora y estoy inmensamente orgullosa de ti por lo mismo.

Te envío los mejores deseos para que desempeñes tu labor de la mejor manera y de esa forma puedas ayudar a tanta gente que lo necesita. Te amo enormemente con todo mi corazón, recuérdalo cuando te sientas solo. Siempre tuya.

Bella Swan


Doblé la carta y la puse en un sobre, la sellé y bajé nuevamente a depositarla en el buzón. Luego de eso me fui caminando a la escuela, mucho más alegre que cualquier otro día. Ese día fue más fácil que los anteriores, las noticias de Edward me alegraron enormemente el día y no tuve que fingir bienestar.


De ese modo, cada semana recibía una misiva de mi amado Edward, a veces la señora Elizabeth me llamaba para que fuera a su casa y leíamos juntas las cartas que Edward le enviaba a ella. De esta manera me mantenía en contacto constantemente con él, yo le respondía cada una de sus cartas, le contaba las cosas que pasaban acá y él me contaba como estaba el panorama por aquellos lugares.

El tiempo fue pasando más rápido de lo que esperaba, pero los sucesos no eran muy alentadores, al parecer íbamos a tener que estar más de un par de meses separados.


Carta nº 7 -18 de noviembre de 1918-

Querida Bella:

Estos dos meses sin ti se me han hecho eternos, el único consuelo que tengo es recibir periódicamente tus cartas que me alegran y me llenan de energía para seguir con esta difícil labor.

Las enfermedades aquí abundan, ya han caído enfermos varios compañeros de la facultad, yo me he encargado rigurosamente de evitar posibilidades de contagio de la manera en que he podido, ya que las medidas de higiene no son el fuerte en este lugar.

Sin embargo no estoy preocupado, se que tu amor me da la fuerza para combatir cualquier complicación, tu amor es todo lo que necesito Bella.

Espero que nuestro reencuentro sea pronto, mantén la esperanza. Con amor

Edward Masen


Carta nº 13 -26 de diciembre de 1918-

Querida Bella:

Feliz navidad amor mío. Aunque por estos lugares la navidad paso prácticamente desapercibida, el frío es tan cruel y el ambiente tan deprimente que no parece una fecha de celebración. Sin embargo tengo la esperanza de que tu si hayas tenido una agradable noche buena y una acogedora navidad en compañía de tu familia y seres queridos. Es una lastima que mi navidad haya sido sin la estrella de mi cielo, sin ti mi querida Bella.

En estos días de invierno se hace más difícil soportar la soledad que me embarga, sobre todo cuando la única compañía que tengo son mis pobres pacientes, que están sufriendo aun más que yo.

En cuanto al trabajo que estamos realizando, se esta viendo dificultado, por que están regresando muchos soldados y todos vienen contagiados de la gran gripe. Según cuentan, en Europa también se está expandiendo masivamente; en Francia, Italia, Londres y España obviamente, que fue el único país que ha reportado estos casos sin censura.

El largo viaje que han realizado los ejércitos norteamericanos facilitó increíblemente su desarrollo y no hay nada que se pueda hacer con ellos. Esto tiene complicados a la mayoría de los doctores porque aun no saben como tratarla y se transmite muy rápido por el aumento que ha tenido en este último tiempo.

Me angustia no poder hacer más por estas personas y ver cada día como mueren más y más, sin que podamos ayudarlas. Sin embargo, sigo empeñado en ayudar el máximo posible para que estas personas puedan sanarse, hemos estado realizando pruebas con esta nueva gripe pero no hemos logrado averiguar mucho.

Dentro de toda esta desolación y desesperanza, tu eres la luz que ilumina mi camino y me mantiene cuerdo Bella. Esperando ansiosamente noticia tuyas, se despide tu amado.

Edward Masen


Carta nº 19 -10 de febrero de 1919-

Querida Bella:

Te extraño tanto que duele. Mis días son más grises a medida que pasa más y más el tiempo. Tu ausencia me quema la piel. Y el dolor es apenas soportable mi querida Bella. Pero tengo la esperanza de que esto esté llegando a su fin amor mío, ansío tanto volver a sentir tus tiernos besos y tus suaves manos.

Me he dedicado a doblar los turnos de trabajo para mantener la tristeza alejada.

Las expectativas de vida están siendo cada vez menores, la peste por la que esta siendo azotado el país y el mundo entero tiene a la gente al borde del colapso. Aun no encontramos la cura. Espero que este problema pueda revertirse pronto y de esa manera evitar más muertes. Hasta el momento sólo tenemos más información sobre cómo ataca, pero nada aun sobre cómo curarla. Un neurólogo de Austria, Von Economo, ha realizado estudios donde verificó que la gripe, además de causar enfermedades respiratorias, afecta el sistema neurológico provocando una encefalitis.

Es terrible, el ejército informó de otros brotes similares en Virginia, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Alabama y California. Los buques de la Marina, anclados en los puertos de la costa Este, también notificaron brotes de influenza y neumonía graves entre sus hombres.

Solo espero que esta situación mejore de alguna forma, ya que no soporto estar lejos de ti. Esperando verte pronto se despide con amor.

Edward Masen


-13 de marzo de 1919-

Querido Edward:

Las cosas por acá no están mucho mejor que en Kansas, la epidemia también llego por estos lugares y la gente esta muy asustada, han suspendido las clases en todos los colegios del condado y los policías en este momento tienen orden de detener a cualquier persona que estornude o tosa en público, para evitar a toda costa el contagio.

El personal de los hospitales escasea, ya que la mayoría fue enviado a Kansas por ser el foco principal de la epidemia.

Tu madre insiste en seguir yendo a ayudar al hospital, a pensar que le he dicho que debe cuidar su salud, pero tú ya la conoces y prefiere seguir ayudando, tengo mucho miedo de que pueda contagiarse, esta gripe se masifica de manera increíble. Mis padres casi no me dejan salir de casa a menos que sea extremadamente necesario.

Sólo espero que encuentren pronto la cura para esta terrible pandemia. De esa manera no habría mas muertos y podrías regresar a casa. Te extraño más de lo que pudiera haber imaginado jamás. Rezaré por ti y tus enfermos. Con mis mejores deseos y esperanzar me despido. Te ama eternamente.

Bella Swan


Carta nº 27 - 07 de abril de 1919-

Querida Bella:

Me alienta mucho recibir tus cartas y saber que al menos tu y mi madre están bien, la cantidad de muertos que ha habido en todo el país es tan abrumadora que me hace pensar que tal vez debería estar allá en Chicago ayudando, al menos así podría estar con la razón de mi existencia.

Por favor obedece todas las indicaciones que están dando las autoridades, y si tus padres creen que debes quedarte en casa es mejor que así lo hagas, esta gripe despiadada no discrimina entre personas o ángeles como tú amor mío y no quiero imaginar que pasaría si llegas a contagiarte.

Cuídate y espera por mí porque en menos del tiempo que imaginas volveremos a estar juntos como siempre debió haber sido. Siempre tuyo.

Edward Masen


Carta nº 33 -19 de mayo de 1919-

Querida Bella:

Te necesito a mi lado, estar separado de ti me esta matando, me deprime estar rodeado de tanta enfermedad, tantas personas muriendo en mis brazos cada día sin que yo pueda hacer nada. La enfermedad es una pandemia a nivel mundial, a pesar de que se haya tratado de acallar por la guerra, es algo que ya no hay forma de ignorar, no existe país alguno que no hay sido afectado por la gripe española, o la gran gripe como la llaman algunos. Nos hacen falta más camillas para la cantidad de enfermos que tenemos, la gentes esta siendo atendida en lo que se puede por los pasillos, el piso esta repleto incluso de cadáveres que han sido retirados de las camillas que ocupaban para poder recibir a mas enfermos. En las condiciones que se encuentras es difícil reconocer a los pacientes vivos de los muertos. Sólo quiero que esta epidemia termine, que encontremos la cura, pero aun no encuentran el fármaco que acabe con la gripe.

Cada segundo que pasa me recuerda que no estas conmigo y eso me tortura, Bella, cuanto te extraño mi pequeña Bella. Pero la paciencia es una virtud y se que seremos bien recompensados cuando nuestros caminos vuelvan a estar unidos.

No dejes de pensar en mí porque yo jamás dejaré de hacerlo. Con amor.

Edward Masen


-20 de junio de 1919-

Querido Edward:

Feliz cumpleaños, no sabes cuanto desearía poder estar contigo sobretodo este día, me apena tanto que debas pasar tu cumpleaños lejos de casa, de tus seres queridos y en una circunstancia tan terrible como esta. Solo espero que esta espantosa epidemia llegue a su fin y que pronto puedas volver. Eres lo mas importante que tengo Edward, no se que habría sido mi vida si no te hubiera conocido, si no me hubieras elegido.

Gracias por querer compartir tu vida junto a mi, mi vida estaría completamente vacía y sin sentido si no tuviera la esperanza de que al volver nada nos separará. Gracias mi querido Edward por enseñarme el amor en todo su esplendor.

Ruego al cielo que al menos tengas un lindo día sin tantos sucesos sombríos.

Con mis mejores deseos me despido. Siempre tuya hasta el final de los días.

Bella Swan


Carta nº 40 -07 de julio de 1919-

Querida Bella:

Quiero volver, no sabes cuanto lo ansío, los rumores dicen que para el verano podremos regresar y eso me tiene enormemente feliz. Al fin podré tener a mi Bella entre mis brazos. No me he sentido muy bien estos días, pero la esperanza de verte en tan poco tiempo me alegra considerablemente el día.

Uno de los doctores de mando aquí en el hospital, me ha recomendado que me quede en cama hoy, dijo que si no me sentía tan bien era mejor no correr el riesgo que, por una baja de mis defensas, me vea expuesto a la gripe que padecen todos los enfermos aquí. Es realmente una gran persona, en todo los meses que he estado aquí se ha convertido en alguien de mucho valor para mi, es en quien más confío, además de que es posible ver sus buenas intenciones en esta causa, no como otros que están solo por cumplir ordenes, él en cambio esta realmente involucrado y su devoción es admirable.

Espero no preocuparte con estas noticias, solo han sido medidas de precaución, incluso siento que estoy abusando de la confianza que tiene aquel doctor en mí, se supone que vine hasta acá para ayudar a los pacientes, no para quedarme en mi tienda guardando reposo por un simple problema respiratorio, pero él ha insistido.

Espero con ansias verte en poco tiempo mi amada Bella, al fin esta terrible separación llegará a su fin y podremos reunirnos.

Te sigo amando como el primer día, ni siquiera la más grande de las pandemias lograría cambiar eso. Siempre tuyo.

Edward Masen


* Nota de la autora: en este capítulo hay informacion veridica sobre los hechos que ocurrieron durante la gripe española en 1918 y 1919.



MTV Movie Award 2011

Como sabrán, el domingo 5 de junio se realizó la entrega de premios MTV movie award donde Twilight arrasó ganando sus 5 nominaciones! les dejo algunas fotos del cast ^^

Robert Pattinson ♥

Kristen Stewar ♥

Taylor Lautner ♥

Kellan Lutz ♥

Elizabeth Reaser ♥

Peter Facinelli ♥

Nikki Reed ♥

Jackson Rathbone ♥

Y los ganadores de los premios son! ...

Categoria "Best Male Performance" --> Robert Pattinson

Categoria "Best Female Performance" --> Kristen stewart


Categoria "Best fight" --> Robert Pattinson, Bryes Dallas y Xavier Samuel

Categoria "Best Movie" --> Twilight saga - Eclipse

Categoria "Best Kiss" --> Kristen Stewart Y Robert Pattinson ♥

Lamentablemente una vez más nos dejaron con las ganas de ver un beso en vivo... en vez de eso Robert nos sorprendió besando Taylor! :O
Ya en años anteriores nos habían dejado esperando un beso que jamás sucedió...

-2010-

-2009-


Esperemos que para Breaking Dawn Parte I o II al fin nos sorprendan besandose en los MTV Movie Award :D

lunes, 6 de junio de 2011

Trailer de Breaking Dawn

Finalmente, luego de meses de larga espera...el trailer oficial de Amanecer fue presentado hoy en los MTV movie award! ^^
En mi humilde opinión personal, lo encontré increíblee! hubo escenas que no esperaba y me dejaron sin palabras... aunque pude gritar varias veces perfectamente xD
Pueden verlo en HD aqui http://www.youtube.com/watch?v=MniUITbePXo




sábado, 4 de junio de 2011

Caminos Separados Cap 6


Capítulo 6

El adiós


La mañana estaba recién aclarando, el canto de las aves me hizo despertar. Edward estaba de pie junto a mi cama vistiéndose, se giró para mirarme y notó que estaba despierta, entones se acercó para besarme.

- ¿Ya debes marcharte?- pregunté.

- Ya esta aclarando, debo volver a mi casa antes de que noten mi ausencia.

- Pero Edward, eso que entra por la ventana no es la luz del día- dije en un intento de retenerlo- yo lo sé bien, solo es la luna que brilla rebosante de felicidad- dije y él sonrió.

- Entonces me quedaré- dijo besándome con adoración. Y me abrazó incorporándose nuevamente en mi cama.

-Desearía que así lo hicieras, ¿por qué querrá el destino separarnos?- pregunté desolada.

- Me gustaría saber esa respuesta- dijo y volvió a besarme con tanto anhelo.


Entonces la puerta de mi cuarto se abrió de improviso y mi aya entró por ella con la bandeja del desayuno. Me senté de un salto en la cama, por la sorpresa.

- ¡Por Jesucristo señorita! Joven Masen!- dijo sin poder contener su asombro.

Edward saltó fuera de la cama y yo me tapé automáticamente con las blancas sabanas. Miré a Edward con terror. Cómo habíamos sido tan descuidados de no poner seguro a la puerta. Emily dejó la bandeja en el suelo y cerró inmediatamente la puerta con seguro, entonces se volvió hacia nosotros aun sorprendida.


- ¡Pero qué creen que están haciendo! Joven Masen, usted parte hoy mismo a Kansas, esto no esta bien, la señorita…, si su padre se entera- ella daba vueltas por la habitación con la manos golpeándose la cabeza.

- Emily- dije desesperada- mi padre no puede enterarse.

- Si su padre hubiera entrado por esa puerta en vez de mi, usted joven estaría muerto! - dijo dirigiéndose a Edward al final.

- Amo a Bella y me enfrentaré a él si es necesario- dijo Edward firmemente y con convicción en la mirada. La sola idea me paralizó.

- Él no tiene que enterarse. Por favor- dije suplicante a mi aya.

- Por supuesto que yo no le voy a decir, se supone que yo debería cuidarla. Esto es completamente culpa mía- dijo Emily mirándome - ay señorita como fue a pasar esto – continuó angustiada- No debió entregarse, usted ya esta comprometida, pero a los hombres no hay que entregarles nada antes de estar casados, sino, después de que consiguen lo que querían se van y la dejan a una sola- dijo con preocupación tomando mi rostro entre sus marchitas manos.

- No dejaré a Bella, la amo más que a mi vida – intervino Edward ofendido- Nos casaremos como lo prometí.

- No debes preocuparte Emily, Edward es el hombre con el que voy pasar el resto de mi vida, confío en él ciegamente, además no me arrepiento de nada de lo que ha pasado- Dije con firmeza.

- Esta bien señorita, después de todo, la razón no puede hacer nada contra un corazón enamorado- dijo con una triste sonrisa.

Emily me quería mucho, y deseaba lo mejor para mi, ella sabia cuanto amaba a Edward y cuanto me amaba él a mi, pero quería protegerme y temía que yo saliera lastimada.

- Muy bien señorito, será mejor que usted se vaya si no quiere encontrarse con el Señor Swan – dijo hacia Edward, pero no había hostilidad alguna en sus palabras, sino simple preocupación.

Edward se terminó de vestir rápidamente y luego se acercó para besarme.

- Por favor joven, el señor a o la señora pueden venir en cualquier momento- dijo angustiada.

A pesar de la tensión del momento, del peligro que significaba tener a Edward en mi habitación, no podía borrar la sonrisa de mi rostro y la alegría que sentía. Edward también reía mientras me besaba nuevamente y Emily estaba al borde del colapso por nuestra falta de preocupación ante la situación.


- Edward debes marcharte- dije con pesar- el cielo aclara rápidamente- agregué mirando por la ventana.

- Más el cielo se aclara y se oscurece nuestro infortunio- agregó él.


Emily abrió la puerta y espió hacia fuera para cerciorarse de que no había nadie por los pasillos, le hizo un gesto a Edward para que la siguiera y ambos desaparecieron tras la puerta.

Me lancé sobre los cojines envuelta en la sabana sonriendo ante el recuerdo de la noche. Me retorcí sobre la cama de pura felicidad. No importaba cuantos kilómetros nos separaran, Edward y yo nos pertenecíamos ahora y nada nos separaría, ni la distancia ni el tiempo harían que nuestro amor pereciera.

Luego de un momento mi puerta volvió a abrirse y mi aya entró rápidamente.

- Su amado se encuentra camino a su casa en este momento- dijo aun desconforme con la situación- ahora usted debe levantarse, su padre la llevara a la estación para que se despida de su novio, ignorando que usted a pasado la noche entera con él- dijo de forma acusadora.

- ¡Oh Emily! cuan maravillosa puede se la vida- dije de manera soñadora aun envuelta en las sabanas- y cuan triste a la vez. Pero su amor me dará la fuerza que necesito para sobrellevar este horrible pesar que es nuestra separación.

- Señorita sus padres vendrán a buscarla, por favor hágame caso y levántese.

Emily me dio el desayuno pero apenas fui consiente de esto. Entonces golpearon la puerta.

- ¿Isabella estas presentable?- preguntó mi padre desde afuera.

Volví de mis pensamientos y me levanté sobresaltada de la cama, mi aya corrió en busca de mi camisón y mi bata de levantarse y me las puso rápidamente.

- Si- contesté agitada por el apuro- ¡si!- repetí al terminar de arreglarme. Entonces mi padre abrió la puerta y entró en la habitación.

- ¿Aun en cama a estas horas?- preguntó sorprendido. Sonreí con culpabilidad- deberás apurarte si quieres llegar a la estación, te esperaré en el coche- dijo y salió de la habitación.


Emily me vistió rápidamente y estuve lista en poco tiempo. Bajé apresurada las escaleras y me subí al coche donde mi padre esperaba. Fue un silencioso viaje hasta la estación de trenes, a medida que íbamos llegando la angustia comenzó a crecer en mi estomago, ya que sabía lo que allí me esperaba, una triste despedida y una inminente soledad.

Cuando bajé del automóvil caminé entre las personas que aguardaban el tren de las 8 am. Busqué a Edward con la mirada hasta que di con él, la imagen era desoladora, estaba junto al andén con una maleta a los pies, tenía en sus brazos a su madre que lloraba desconsoladamente. Pobre mujer, toda la vida había estado junto a Edward, desde que su marido había muerto que no se había separado de él. Después de todo era su único hijo.

La señora Elizabeth miró por sobre el hombro de su hijo y me vio, entonces se separó de su hijo y le indicó que yo estaba ahí. Edward se giró para mirarme y sólo pude correr a sus brazos. Él me apretó fuertemente mientras su madre me daba suaves palmaditas en la espalda. Me separé un poco para mirarlo a la cara, él pasó una mano por mi mejilla y atrapó una fina lágrima, entonces noté que estaba llorando. Lo vi a los ojos, sus hermosos ojos verdes estaban húmedos y brillaban como si mil estrellas se alojaran dentro de tan profundas pupilas.


- Prométeme que escribirás- susurré.

- Cada semana- respondió.

- Debo saber de ti todos los días, cada hora, porque en un minuto hay muchos días, y contando así, pasaran muchos años para volver a ver a mi Edward- murmuré angustiada.

- No dejaré pasar ninguna oportunidad sin enviarte todo mi amor- dijo Edward.

- Escríbelo todo en una carta, de esa forma estaremos el uno con el otro todo el tiempo, aun cuando no estemos juntos- agregué.

- Así lo haré mi Bella- musitó Edward- y no habrá noche alguna en la que no piense en ti- agregó.

-Tampoco yo Edward- musité.


Edward me apretó mas contra él, yo le rodeé el cuello con mis brazos y lloré en su hombro. Entonces el silbido del tren resonó por toda la estación. Él debía marcharse, pero me negué a soltarlo, en cambio, lo abracé más fuerte. Hasta que sentí los brazos de mi padre sobre mis hombros. Entonces supe que no había nada que yo pudiera hacer para que Edward se quedara y aflojé mi agarre. Suavemente me separó de él y me llevó junto a la señora Elizabeth, que me abrazó con un brazo, mientras que con el otro despedía a su hijo. Vi como Edward se disponía a subir al tren.


- ¡Edward!- grité y corrí a sus brazos nuevamente. Él me atrapó por la cintura y yo enredé mis manos en su cabello acercándolo hacia mí para besarlo. Pude sentir el sabor a la despedida, dulce y amargo.

- Te amo Bella- dijo cuando nuestro labios se separaron.

- Te amo Edward, mi corazón te pertenece, ahora y por siempre- susurré.

- Entonces tú cuida de mi corazón, porque lo he dejado contigo- dijo él rozando nuestros labios.

Me dio un último beso antes de subir al tren. Su madre lo despedía con un pañuelo y yo sólo estiré un brazo como queriendo alcanzarlo, mientras el tren iniciaba su marcha y se llevaba consigo, al amor de mi vida.



* nota de la autora: en este capítulo hay citas de Romeo&Julieta, Dear John, Eclipse y una pequeña escena de Piratas del Caribe

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