miércoles, 27 de julio de 2011

Caminos Separados Cap 19

Capítulo 19

Nuevas experiencias


Permanecí sentada en el techo de la torre observando hasta que sus figuras desaparecieron, incluso después de eso me mantuve congelada en mi posición, tratando de asimilar la realidad. Se habían ido, sólo había sido una breve visita de dos días y ya se habían ido. Eso había significado yo para él, un entretiempo de dos días, una distracción.

Entonces una ola de rabia me invadió y controló cada fibra de mi cuerpo. Había sido tan fácil para él irse, probablemente también le seria fácil olvidarme. Pero no para mí, estaba completamente segura que lo recordaría para siempre y lo que es peor, estaba segura que lo amaría por toda la eternidad, aun si no volvía a verlo.

Entré nuevamente al castillo por la ventana de la torre y bajé corriendo las escaleras. Iba tan absorta en mis pensamientos, que hice caso omiso al ruido que me indicaba que alguien venía caminando en mi dirección, hasta que lo tuve al frente y me detuvo con ambos brazos para evitar que siguiera caminando sobre él.


- Tenemos prisa al parecer- dijo Demetri, mirándome con interés.

- Así es, por qué no me sueltas para que pueda seguir- dije fríamente, intentado soltarme de sus fuerte manos que sostenían mis hombros.

Sus ojos eran calculadores, y su sonrisa traviesa, como si supiera algo que yo no.

- Has estado algo extraña estos días - dijo examinándome con la mirada- podría decir que estas así desde la visita de esos inadaptados, los amigos de Aro.

- No es de tu incumbencia- dije mordazmente.

- ¿Qué hay con ellos?- dijo de pronto más curioso- Hablaste con cada uno en privado. ¿Por qué tenían tanto interés en ti? El tal Edward te miraba de una manera muy extraña ayer cuando llegó, y no creas que me tragué esa excusa de que fuiste con Heidi por la cena de ese día cuando desapareciste, porque ella me dijo que no te vio hasta hoy por la mañana. ¿Qué está sucediendo?- dijo y sus ojos brillaban de interés.

- Métete en tus asuntos Demetri- dije ya molesta con sus preguntas.

- ¿Por qué reaccionas tan mal, hermanita? sólo me preocupo por ti- dijo con falsa inocencia, tomando mi mentón con una de sus manos y moviendo la otra hacia mi espalda acercándome peligrosamente hacia él- es lo que hacemos, cuidamos de la familia- agregó sonriendo.

Aproveché que había dejado libre mis brazos y lo aparté cuando ya empezaba a sentir su aliento en la cara. Se quedó allí parado con una sonrisa en el rostro mientras yo retomaba mi carrera y descendía por las escaleras hasta el primer piso.


Estaba doblemente molesta ahora, primero por la partida de Edward y segundo por el hostigamiento de Demetri, que normalmente ignoraba, pero hoy me había superado. La ira invadía mi cuerpo y mi cordura estaba por abandonarme. Lo único en lo que podía pensar era en sangre.

Caminé con paso firme por las oscuras calles de Volterra hasta un callejón y ahí me quedé, esperando, oliendo y escuchando todo a mí alrededor, mis sentidos se agudizaban preparándose para cazar.

Entonces escuché pasos, un fornido hombre, probablemente pesaba unos 80 kilos, era alto, debía tener unos 18 años, olía bastante bien para mi, la sed me quemaba la garganta. Sentí como la ponzoña invadía mi boca.


Oculta en las sombras, esperé que siguiera avanzando, justo en el momento en que pasó frente a la boca del callejón lo tomé, lo giré y lo azoté contra la pared del callejón en una fracción de segundos.

Separé mis labios para dejar descubiertos mis dientes con un gruñido. El chico apenas había tenido tiempo de reaccionar a lo que había sucedido, pero podía ver el asombro en su cara y luego el pánico.

Era moreno, tenía el cabello corto y negro, al igual que sus ojos. Su piel color bronce parecía muy tersa. Entonces, como un rayo, vino a mi mente la imagen de Jacob, era imposible no notar el parecido. Inmediatamente lo solté y me aparté un par de pasos, el chico estaba perplejo y demasiado asustado como para moverse.

Pero yo estaba incluso más sorprendida, jamás había dudado ante una presa. Nunca me había detenido un segundo a pensar si esas personas tenían familia, amigos o un hogar donde los estuvieran esperando. Pero éste me había hecho dudar, su similitud con Jacob me había perturbado, yo jamás lo habría atacado a él. Podía ser una depredadora, un vampiro, pero él seguía siendo mi mejor amigo, jamás lo habría visto como una presa.

Entonces, antes de que mi voluntad flaqueara, salí corriendo del callejón dejando ahí al chico, perdonándole la vida por primera vez a una presa.


Me interné en los bosques, aun sorprendida de mí misma, nunca me había detenido a pensar cuantas vidas había destruido. Quizás cuantos chicos iguales a Jacob había matado sin reparos. Recordé a Emily, mí querida nodriza, cómo podría yo causarle dolor alguno a ella, si era como mi madre, era quien me había criado. Imaginé el dolor que sufriría si algo le hubiera pasado a Jacob, el dolor que yo misma sentiría si algo le hubiera pasado a él. Entonces me angustió pensar que yo misma causaba ese dolor en las personas, tal ves no a Emily o a Jacob, pero a muchas otras personas, que auque no conociera, seguramente habían sufrido de manera inimaginable por la perdida de sus seres queridos, seres a quien había asesinado solo para saciar mi sed.


¿Pero por qué me ponía a pesar esto justo ahora? En trece años jamás había sentido remordimientos por mis actos y ahora me sentía llena de arrepentimiento y culpa. Malditos vampiros vegetarianos que me habían llenado la cabeza de confusos sentimientos. Sin duda, sus charlas sobre cómo ser más humanos, habían influido en la culpa que me agobiaba en este momento. Qué se supone que iba hacer ahora, aun tenía mucha sed, me había perdido la cena de ayer por huir de Edward.

Entonces me invadió la curiosidad. Estaba claro que en ese momento no podía volver a la ciudad a cazar a algún insignificante humano, por el odioso remordimiento que sentía, pero debía alimentarme de alguna forma.

Me agaché en posición de caza y me quedé muy quieta, atenta a todo mí alrededor, este bosque estaba lleno de animales, podía oírlos corretear de aquí para allá. Podía olerlos, aunque nada me llamaba mucho la atención. Podía distinguir claramente entre los más pequeños y los más grandes, entre aves y ardillas. Cerré los ojos y traté de escuchar más allá, escuché una manada de gamuzas a unos 100 metros, eso debía bastar. Avancé aun agachada, sin emitir un solo ruido con mis movimientos, completamente silenciosa hasta que estuve más cerca. Entonces salté hasta mi presa, la gamuza alcanzó a girar la cabeza en mi dirección percibiendo como mi cuerpo cortaba el aire al pasar, pero antes de que pudiera pensar en moverse, ya estaba sobre ella. Enterré mis dientes en su cuello donde podía sentir el mayor flujo de sangre palpitar bajo la piel.

En cuanto llegué a la vena, la sangre comenzó a salir y llenar mi boca. Tragué una vez e inmediatamente tuve que separarme del animal para escupir el resto de sangre que tenía en la boca. Tenía un sabor increíblemente desagradable. Desabrido, algo amargo. Nada comparado con el dulce sabor de la sangre humana.

Seguí escupiendo mientras trataba de sacarme el mal gusto. Me sentí realmente estúpida por haber creído que podía alimentarme de animales. A quién se le podía haber ocurrido semejante bobería. Miré al animal que yacía en el suelo moribundo, me acerqué y le tomé la cabeza entre mis manos torciéndole el cuello para que muriera de una vez y no quedara agonizando por horas con mi ponzoña.


Entonces me marché hacia el castillo. En cuanto entré en el primer piso, me bastó inhalar una sola vez para sentir el olor de la sangre invadiendo todo el edificio, una esencia completamente distinta a la de la gamuza, un aroma increíblemente delicioso, placentero. Era hora de cenar, sonreí para mi misma, al menos podría beber algo de sangre decente para quitarme el sabor amargo de la boca.

Subí a toda prisa hasta el tercer piso y cuando estaba por abrir la gran puerta de la sala circular, oí los gritos de las personas que había dentro. Ya no podía pensar en ellos como presas, ahora solo veía personas. Recordé al joven que había estado apunto de atacar en el callejón, pensé en Jacob nuevamente.

Entonces me quedé allí parada sin atreverme a entrar, seguían escuchándose algunos gritos de auxilio o de dolor. Me tapé los oídos en un vano intento de acallar las voces, pero era simplemente un inútil reflejo, ya que podía oírlas perfectamente. Sólo pensé en salir de allí para alejar los alaridos de mi cabeza.

Corrí fuera del castillo ya completamente confundida, no sabía qué pensar ni qué hacer, no podía reaccionar así ahora. Me quedé contemplando el cielo completamente nublado, mientras escuchaba unos truenos que indicaban que pronto llovería. Cómo podía ser posible que ahora viera todo desde la perspectiva en que los Cullen lo hacían, o incluso pensé, cómo es posible que recién ahora lo haya visto y no antes.


Caminé nuevamente hacia los bosques de manera inconsciente. Pensando en cómo iba a lidiar con todo este enredo de sensaciones que tenía dentro de mí. Cómo iba a explicarle a Aro, Cayo y Marco que me sentirá repentinamente reacia a acabar con la vida de las personas. Cómo iba a explicarles que, en dos días, los Cullen me habían hecho dudar de lo que había creído fielmente durante los últimos trece años.

Ya no me sentía tan poderosa, de hecho, me sentía completamente vulnerable, tan insegura de mis propios actos, tan confusa y tan miserable. Edward tenía razón, era una asesina, no importaba el propósito, el fin no justificaba los medios. Lo peor era que él me había intentado hacer ver mi error, pero yo me había cegado, y ahora era demasiado tarde, se había ido para siempre.

No quería seguir sintiéndome así, no importaba el precio que tuviera que pagar, no deseaba seguir tomando vidas para un beneficio personal.


Entonces resolví intentarlo de nuevo, esta vez estaba decidida. Miré a mí alrededor una vez y cerré los ojos dejándome guiar por mis sentidos. Al norte, un animal grande, mucho mas grande que la gamuza, muchísimo mas pesado, probablemente un oso. Me acerqué sigilosa. En cierta forma esto era muchísimo mas excitante que las presas que llegaban a nuestras manos sin el mayor esfuerzo, eso no podía llamarse cazar. Tal vez podría acostumbrarme a esto. Miré entre los arbustos al animal que había percibido, efectivamente era un oso, estaba inclinado junto a una lagunilla en medio del bosque. Los truenos sonaban cada vez más fuertes sobre mí, entonces me lancé sobre él con un feroz gruñido. Éste era muchísimo mas fuerte que la débil gamuza, giró con violencia y trató de atacarme con sus zarpas, pero mi piel era inmune a sus garras y mi fuerza me permitió controlarlo de inmediato, mientras él rugía con furia. Preparándome mentalmente para el desagradable sabor, enterré mis dientes en su piel que se abría fácilmente ante mis filosos colmillos. Para mi sorpresa, el sabor era bastante mejor que el esperado, no se comparaba con la sangre humana, pero era más parecida a ésta que la sangre del herbívoro, probablemente por su alimentación. Con mayor interés bebí su sangre saciando la sed que había estado acumulando.

Cuando ya no quedaba sangre en él lo solté y me limpié las finas gotas que habían resbalado por mi mentón. Me sentía muy satisfecha conmigo misma.

De pronto me erguí alerta por la presencia de alguien más en aquel bosque.


- Nunca es demasiado tarde o pronto para ser quien queremos ser, no hay límite de tiempo, puedes empezar cuando quieras -dijo tranquilamente una aterciopelada voz.

Me giré para verlo encaramado sobre un árbol observándome con intensidad.

- ¿Edward?- dije sin poder creerlo- ¿Qué haces aquí?

- ¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que sólo estar con él es suficiente, cuando te mira casi puedes sentir que tu corazón vuelve a latir? Yo sí...No habrás creído que te podías deshacer de mí tan fácilmente- dijo regalándome una sonrisa torcida que me habría quitado la respiración, de haberla necesitado.


Con un gran trueno la lluvia comenzó a caer con violencia entre las hojas de los árboles, las gotas resbalaron por mi cara y mojaron mis cabellos ondulados, que caían por mi espalda y sobre mis hombros. Las múltiples capas de tul de mi largo vestido color esmeralda oscuro, se fueron mojando paulatinamente. La gruesa capa color morado me cubrió la espalda de la lluvia, pero el resto de mí estuvo empapado en un par de segundos mientras me mantenía de pie observándolo, la belleza del bosque quedaba opacada con su perfección.

Edward bajó del árbol con un ágil salto y caminó hacia mí lentamente, mientras la lluvia mojaba también su cara, sus dorados cabellos y se quedaba momentáneamente sobre las espesas pestañas que enmarcaban sus brillantes ojos de topacio.


- Creí que te habías marchado… para siempre- dije cuando se encontraba a unos escasos metros de mí.

- Bella, jamás me iría de nuevo, no ahora que te encontré, te lo dije- respondió acercándose aun más.


Me miró fijamente a los ojos justo como solía hacerlo hace tantos años atrás, cuando sentía que podía ver mi alma a través de ellos, si es que yo aun tenía alma.

No pude esperar que cruzara la distancia que nos separaba, me abalancé hacia él que me abrazó fuertemente contra su pecho, escondí la cara en su cuello e inhalé profundamente la fragancia que emanaba, era increíblemente deliciosa, aun mejor que la sangre humana, era adicta a él. No sabía cómo podía haber pensado que podríamos estar separados.

Lo miré a los ojos dejando salir todo mi amor por él, amor que había tratado de ocultar todo el tiempo. Me sostuvo la mirada un momento, hasta que no aguanté más y lo besé, suave al principio pero cada vez más intenso, su dulce sabor se mezclaba con el agua de lluvia que bañaba su rostro y el mío. Sus manos bajaron por mi espalda y me tomó por la cintura levantándome en el aire y haciéndome girar antes de dejarme nuevamente en el suelo sin parar de besarme. Mis manos recorrieron su rostro memorizando cada parte, acaricié sus cabellos y lo apreté más junto a mí. Separó sus labios de mi boca sólo para besar bajo mi lóbulo, la línea de mi mandíbula y todo mi cuello. No pude evitar que un suspiro se escapara de mis labios.

Edward desamarró la carpa que aun cubría mi espalda y la dejó caer al piso, me abrazó alrededor de la cintura nuevamente y me apretó a él mientras volvía a besarme con pasión desbordada. Con sus manos recorrió mis brazos hasta llegar a mis manos, entrelazando nuestros dedos, guiándolas alrededor de su cuello para que también lo abrazara. Pero mis manos no se quedaron ahí, sino que bajaron hasta su pecho para abrir su camisa sin el mayor esfuerzo, ignorando los botones, y recorrer su perfecto torso desnudo.

Él me tomó en un ágil movimiento y me recostó sobre las húmedas hojas que cubrían el piso del bosque y se inclinó sobre mí mientras yo terminaba de quitarle la camisa de sus brazos. Recorrió con una mano toda la extensión de mi cuerpo hasta mi muslo levantándolo ligeramente, mi respiración se agitó notablemente por sus caricias, podía sentir descargas eléctricas cada vez que Edward me tocaba, pero aun deseaba sentir más de él. Subió sus manos hasta mi pecho, mientras besaba mi cuello, pude sentir su respiración sobre mi piel y me estremecí.

Me miró a los ojos un par de segundos que se me hicieron eternos, podía ver la pasión en sus ojos, me contemplaba como si fuera a desaparecer en cualquier minuto.


- Te amo Edward- dije en un susurro.

- Tú eres mi vida ahora- contestó.


Ansiaba que sus manos siguieran recorriendo todo mi cuerpo, mi piel lo añoraba y mis manos no dejaron de tocar ni un centímetro de su piel, realmente mi memoria no le había hecho justicia, su cuerpo era increíblemente perfecto, sus abdominales marcados, sus fuertes brazos, su espalda, todo en él era digno de admiración.

Sus labios eran cada vez más insistentes sobre los míos, su lengua recorría mi boca con intensidad, mientras sus manos continuaron acariciando mi cuerpo provocando estragos en mi mente.

Mis desordenados cabellos extendidos por el suelo se mezclaban con las hojas. Mi vestido estaba encaramado hasta el inicio de mis piernas, que estaban entrelazadas con las de Edward. Su cadera presionada contra la mía. El fuego en mi interior iba en aumentó al igual que nuestra pasión.

Rodeé su cadera con mis piernas y él recorrió ambas con sus fuertes manos, lo presioné más contra mí y un leve gruñido se escapó de su garganta haciéndome enloquecer.


- Bella me estas volviendo loco- dijo con su voz alterada por los jadeos que se escapaban de su boca.

- ¿Quieres que me detenga? – pregunté sabiendo la respuesta.

- Preferiría morir antes que permitir que te detengas- dijo mirándome profundamente.

- Entonces tómame, porque soy solo tuya- dije impulsada por el deseo.


Edward me miró sorprendido por mis palabras, pero no me hizo esperar, se deshizo de mi vestido en un par de segundos. Mi piel desnuda quedó en contacto directo con el suelo húmedo producto de la lluvia, pero no me importó.

Edward observó embelesado mi cuerpo por un par de segundos y luego besó cada parte de mi piel haciéndome perder la cabeza.

Yo por mi parte lo ayudé a quitarse el pantalón con impaciencia. Al fin podía tenerlo ante mí sin obstáculos a mi vista. El deseo que me invadía cobró vida propia.

Por su mirada pude ver que algo similar le ocurría a él.

Sé recostó sobre mi y mis piernas lo rodearon instintivamente. Edward eliminó toda distancia entre nuestros cuerpos, provocando que un gran gemido escapara por mi garganta.

Las sensaciones en todo el cuerpo estaban enormemente intensificadas por los agudos sentidos de vampiros que ahora teníamos.

Cualquier placer humano era cien veces mejor ahora que nuestros cuerpos habían cambiado para ser mas sensibles ante cualquier estimulo.

La fría lluvia era increíblemente agradable sobre nuestros cuerpos que ardían de pasión, mientras nuestros movimientos se intensificaban, nuestras respiraciones se agitaban y nuestros gemidos subían de volumen.

No existía en el mundo entero un placer mayor a este, no podía ni siquiera compararse con el placer de beber sangre humana, incluso me parecía algo fácil de renunciar cuando tenia Edward sobre mi.

De pronto y en un ágil movimiento, Edward me giró dejándome sentada a horcajadas sobre él. Con sus manos en mis caderas guió nuestros movimientos, mi espalda se arqueó con la intensidad de las sensaciones que me invadían. No podía detener los gemidos que Edward me provocaba y su nombre se escapaba continuamente se mi boca.

Edward tenía la cabeza levemente inclinada hacia atrás, sus ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido mientras se mordía el labio inferior, se veía increíblemente sensual. Las gotas de lluvia decoraban su pecho y las hojas mojadas se adherían a sus costados.

Me incliné hacia él y me abrazó al mismo tiempo que atrapaba mi boca con la suya y me besaba. Estuvimos así durante horas.

Sentía su respiración en mi rostro cada vez mas agitada y nuestra piel en llamas se friccionaba dándome descargas eléctricas en cada rose. Edward recorría con sus manos mi espalda, bajando hasta mi cintura, delineando mis caderas y siguiendo por mis piernas. Mientras que con su boca besó mi cuello, mis hombros y volvió a besar mi boca mordiendo mi labio con un gruñido.

Edward aceleró el ritmo de nuestros movimientos haciendo que nuestro gemidos aumentaran ampliamente y cuando creí que ya no podría soportar mas placer, ambos tocamos el cielo mientras mi nombre salía por sus labios.


*Nota de la autora: en este capítulo hay citas de "Benjamin button" y "El diario de Noah"

8 comentarios:

  1. WOW! me encantó está demasiaado cuática la historia :) ya quiero que sea lunes para que subas el próximo!!!

    playlist perfecto ;) me encanta esa canción

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  2. hola, esta super el capi, me encato la cita "ahora tu eres mi vida" super!!! y la musica tambien es genial, me encanta beyonce.....besos

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  3. por fin bella entro en razon!
    me a encantado,ya tengo ganas del siguiente.
    pero me temo que aro no la dejara ir asi como asi,me da que van a tener muchos problemas...

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  4. Me ha enccantado estee caapi, tengo gaanitaas deee el siguiieentee! :D Un besito enorme!

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  5. Para este capitulo, creo que quedaría mejor "were have you been" de rihanna :D justamente esa estaba oyendo cuando lo leí, ¿por que tu musica ya no se oye? le pongo play y nada.

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    1. Veré que puedo hacer en cuento a la música, quizás la actualice. me gustaría poner algo del soundtrack de Breaking Dawn que les parece?

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  6. ¿Sabes que? creo que queda mejor la de diamonds de rihanna también. Definitivamente es ale dedicaría a este capitulo.

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