sábado, 16 de julio de 2011

Caminos Separados Cap 16


Capítulo 16
La Verdad

Caminé hasta el otro extremo del bosque, hasta el gran río que separa los valles de Cecira y de Era. Me dejé caer entre los arbustos que bordeaban el río ocultándome entre ellos y abracé fuertemente mis rodillas.
Aun trataba de ordenar en mi cabeza los recientes hechos. Tantas veces había deseado volver a ver a Edward y jamás pensé que hacerlo me traería una desilusión tan grande. Había una gran y notable diferencia entre el Edward de mis recuerdos y el Edward que había tenido frente a mí hacía un par de minutos. Siempre le había atribuido mi felicidad a él, a su compañía y al eterno amor que me profesaba. Pero ahora sólo me traía dolor, un insoportable dolor y agonía.

Odiaba sentirme tan insignificante en su presencia, saber que mi corazón estaba en sus manos y que podía hacer con él lo que quisiera. Podía revivirme con una sola mirada o destruirme con una sola palabra. El amor concede a los demás el poder para destruirte. Eso era exactamente lo que Edward hacía, jugaba conmigo como si fuera su títere, me dejaba desecha, sola, muriendo y ahora volvía y pretendía hacer como si nada hubiera sucedido. No podía creer que después de todo lo que había pasado, me pidiera que me fuera con ellos como si tal cosa. Reponerme a su partida me había costado literalmente la vida.

Estiré mi pálido brazo hasta que mis delicados dedos tocaron el agua del río, que corría libremente por su cauce, deseando que me llevara con él. Deseaba desaparecer, fusionarme con el paisaje y dejar de existir. No sentir nada más. Por qué Edward tenía que aparecer justo ahora cuando estaba a punto de reponerme completamente.

El reencuentro con Edward, había abierto aquel cajón donde había escondido todo mi dolor, la agonía que había vivido en aquel periodo de mi vida que me empeñaba por olvidar, todos mis sentimientos reprimidos habían salido y me invadían por completo. Pero inevitablemente con ellos, también habían salido mis sentimientos por Edward. Era inútil negar que aun estaba total e irrevocablemente enamorada de él, vampiro o humano, jamás podría amar a nadie como lo amaba a él, incluso teniendo la eternidad por delante para intentarlo.

Cada parte de mi cuerpo reaccionaba a su presencia. Mis manos ardían por tocarlo de nuevo, por tenerlo entre mis brazos, mi boca se sentía completamente inútil si no estaba junto a la suya. Mis ojos jamás se cansarían de mirarlo y admirarlo, su belleza era incluso dolorosa a la vista, aunque yo hubiera mejorado en la transformación jamás podría compararme con él. Pero era alguien inalcanzable para mí, siempre lo había sido. Yo había desafiado al destino al creer que podía estar con un ángel tan maravilloso como él y el destino se había vengado por aquello. Ahora podía verlo con claridad, no se suponía que yo estuviera con alguien así y había recibido el castigo por mi atrevimiento. El jamás sería para mí. Era mejor que me resignara. Yo era una Vulturi, eso y nada más. Debía conformarme con lo que me había tocado y dejarlo ir.

De hecho, deseaba desesperadamente que se fuera, si realmente no podía tenerlo, ¿por qué prolongar más mi agonía? Necesitaba que se fuera aunque con él se fuera también mis ganas de existir. No me importaba si se llevaba los besos que me moría por darle, si con su ausencia mi universo se hacia pequeño e insignificante.
Sólo sabía que con su partida también se llevaría parte del dolor que él me provocaba y eso era suficiente para mí. Se llevaría consigo su voz, que me torturaba, su olor que me tentaba y su piel que me seducía.

Esperé que la noche transcurriera tranquila a mí alrededor, aprecié cómo el cielo cambiaba constantemente de color, mientras yo permanecía congelada en el tiempo. Cuando la húmeda mañana dio señales de comenzar, me levanté y regresé al castillo.
Las calles estaban vacías y una neblina cubría parcialmente la ciudad. El castillo estaba tan silencioso como siempre, en el segundo piso escuche como Heidi se acercaba.

- Te perdiste la cena anoche- dijo con tono casual- te habría guardado alguno, pero estaban irresistibles- agregó y se rió con un sonido como campanitas.
Yo ni siquiera levanté la mirada del suelo. Pero ella lo ignoró.
- Por cierto, te esperan en la biblioteca- dijo y retomó su camino.

Fui hasta una gran habitación ubicada en el tercer piso, donde las paredes, de unos cuatro metros de alto, estaban cubiertas completamente por repisas llenas de libros, tenía varias escaleras que llegaban hasta pequeños balcones que permitían tener acceso a lo más alto de los estantes.
Sentada en uno de los muchos sillones que amueblaban la habitación, mirándome con unos ojos de topacio estaba la esposa de Carlisle. Tenía el cabello color caramelo con unas finas ondas que le llegaban un poco mas debajo de los hombros, su cara en forma de corazón era increíblemente calida.

- Por qué no te sientas Isabella- dijo con una voz muy dulce. Me acerqué y me senté frente a ella.
- ¿Puedo llamarte Bella?- preguntó, la mención de mi antiguo nombre me trajo una ola de recuerdos y un sentimiento de familiaridad.
- Por supuesto- contesté.
- Sabes Bella, yo no se por todo lo que has pasado, pero creo poder comprenderte más de lo que tú crees en cuanto al dolor de la perdida que pasaste- me miró con cuidado evaluando mi rostro para luego continuar- Cuando yo era humana lo que más deseaba era tener un hijo, tuve bastantes problemas para quedar embarazada, pero finalmente lo logré- dijo con una triste sonrisa en el rostro- fue un embarazo muy difícil pero luché mucho por salir adelante con mi bebe, él era lo que yo más amaba en el mundo, era lo que me impulsaba a seguir con la vida que me toco vivir. Finalmente llegó el día de su nacimiento, había estado nueve meses esperando conocer a esa pequeña personita que había compartido conmigo tanto tiempo, a ese pequeño pedacito de mí que había sentido en mi interior tantas veces y con quién había soñado casi cada noche- hablaba mirando al cielo y con un brillo en la mirada, pero luego hizo una pausa y su mirada se entristeció- pero el parto se complicó y mi hijo no logró sobrevivir.
- Lo siento mucho- dije apenada por la historia. Ella me sonrió con nostalgia.

- El dolor fue insoportable- dijo y yo tuve que apartar la mirada recordando mi propio dolor- no podía seguir viviendo si no lo tenía a mi lado...Sé lo que se siente perder a la razón de tu existencia Bella. Cuando Carlisle me convirtió, Edward pasó a ser como mi hijo, sé que no lo es y realmente lamento que no pueda estar con su verdadera madre. Pero lo quiero como si fuera uno.

Hizo una pequeña pausa antes de continuar con su relato.
- Desde el principio fui consiente de cómo Edward sufría día a día por su condición, su dolor nos afectaba a Carlisle y a mi de sobremanera. Sé que desde el día en que despertó, lo único que él deseaba era ir a verte, pero Carlisle le explicó que era extremadamente peligroso que se acercara a ti, que podías resultar muerta si él no lograba controlar los impulsos de neófito que lo invadían en ese momento. Cuando me convirtieron, él recién estaba iniciándose en su nueva alimentación y él era consiente de que tu vida corría peligro si es que él se acercaba, eso lo tenía vuelto loco, se aborrecía a sí mismo, odiaba lo que era y jamás se habría perdonado que algo te ocurriera por su culpa. Pero al mismo tiempo, podía ver como sufría con el sólo hecho de saber que tú y su madre estaban sufriendo. Era conciente de que ni con el mayor control del mundo podría volver a acercarte a ti, eso estaba completamente prohibido, él ya no era el de antes, ya no podría estar contigo aunque quisiera. Se sentía como muerto pero aun peor, porque sabía que en realidad no lo estaba y tenía que vivir con la consecuencia de su supuesta muerte Bella, eso lo torturaba cada minuto. Nosotros sufríamos al verlo tan mal, sobretodo porque nosotros nos teníamos el uno al otro y a pesar de que lo amábamos, sabíamos que para él era una tortura estar cada día y cada noche con nuestra compañía recordándole lo que él no tenía. Por eso no nos sorprendió cuando nos dijo que se marcharía. Lo que no significa que no nos haya dolido.

- ¿Se marchó? - pregunté inmediatamente y sentí que mi voz arruinó la atmósfera de la historia, estaba completamente absorta en su relato, era como si hubiera estado contando mi propia historia, y me intrigaba mucho que las cosas hubieran pasado de ese modo.
- Así es, según los que nos contó él, fue hasta Chicago a verte a pesar de todo.
- No, es imposible- dije de inmediato- el jamás fue - agregué tristemente.
- Si lo hizo, pero tú no estabas- me aclaró- volvió con nosotros luego de diez años- agregó y supe por su mirada que no me contaría que pasó durante esos diez años- estábamos muy felices de que hubiera vuelto, pero su tristeza seguía igual que el primer día. Carlisle encontró a Rosalie un día y la convirtió pensando que si Edward tenía una compañera podría ser tan feliz como lo éramos nosotros, él estaba muy preocupado por Edward y sólo trataba de ayudarlo- dijo.

El odio volvió a mí cuando ella nombró a Rosalie y cómo había sido convertida para Edward.
- No la odies- dijo al captar mi mirada, pero no había reproche en su voz, sino comprensión- ella pasó momentos muy difíciles y no es su culpa haber sido convertida con ese propósito. Carlisle tenía nobles intenciones, pero Rosalie jamás ha estado interesada en Edward y ella no era la persona que él quería a su lado- dijo dándome una significativa mirada- Bella, quiero que sepas que no estoy forzándote para que tomes una decisión, sé que no nos conocemos y reconozco que no conozco tanto a Edward como tu lo conoces, pero si hay algo sobre lo que sí sé, es sobre dolor y amor. Por eso puedo decirte con seguridad que Edward no ha dejado de amarte ni un solo día de su existencia.

*nota de la autora: en este capítulo hay citas de crepúsculo (libro)

6 comentarios:

  1. awwwww!!!! fue muy cortito!!!!!!!!!1

    pobre Bella su dolor me toca en lo más profundo ella más que nadie debiera saber que Edward la ama por dios criatura vuelve con el!!!

    cariños!! ♥♥♥

    ResponderEliminar
  2. me supo a poco,fue cortito.
    pero fabuloso,como siempre.
    que tengas una buena semana,besos

    ResponderEliminar
  3. dios te quedaste corta encanto,,,sigue asi ...Besos...

    ResponderEliminar
  4. Estoy encantada de verdad,que historia más hermosa,pero ya sólo me queda un capítulo...puff qué mal,espero que subas pronto amiga,por lo menos a nosotras tus lectoras que te escribimos comentarios para animarte a escribir más y más,BESOS!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los comentarios son los mejores estimulantes para una escritora (aficionada) Gracias por cada uno de ellos!

      Eliminar
  5. Como en amanecer con la parte de los discursos en la boda, Esme salvó de nuevo el día. ¡Viva Esme, te amamos!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...